Nota del autor

El menor de los defectos de esta pobre novelita es que para cuento parece demasiado larga. Pero no hay que tomar formalmente la ficción de que el doctor relate esto en una noche. Es un artificio literario, como otro cualquiera, pues necesitaba yo que el doctor narrara, como testigo de los hechos, y no creí que debía tener en cuenta el tamaño de la narración. Además, a pesar de mi pequeñez me amparan, para hacer perdonable lo largo del cuento, los ejemplos de Víctor Hugo en Bug—Jargal, de Dickens en varios de sus Cuentos de Navidad, de Erkmann Chatrian en sus Cuentos populares, de Enrique Zschokke en sus Cuentos suizos, y de Hoffman en muchos de los suyos. En lo que sí no tengo amparo es en lo demás, y no me queda más recurso que apelar a la bondad de los lectores.

EL AUTOR

Share on Twitter Share on Facebook