X

Cuanto estaba abierto, él lo cerró. La puerta de tu casa se incrustó en las paredes, y las paredes, la puerta, el techo te estrujaron. Pero abrió las puertas de la cárcel, que tú habías cerrado tan cuidadosamente.

¡Tú, el rico, a quien detesto!

Share on Twitter Share on Facebook