Tirada 22

El Cid entra en el reino moro de Toledo tributario del rey Alfonso.

 

“En cuanto sea temprano, cebada a las bestias dad.

Luego que coma el que quiera y los que no a cabalgar.

Esa sierra tan bravía la tenemos que pasar

y a la noche ya las tierras del rey quedarán atrás.

Luego el que quiera buscarnos dar con nosotros podrá”.

De noche pasan la sierra, llega la mañana ya

y por esa loma abajo empiezan a caminar.

En medio del alto bosque que allí en la montaña está manda acampar Mío Cid y pienso a las bestias dar.

Dice a sus hombres que aquella noche tendrían que andar y ellos, tan buenos vasallos, por muy contentos se dan que todo lo que les mande su señor ellos lo harán.

Antes del anochecer empiezan a cabalgar

para que no les descubran quiere el Cid de noche andar.

Toda la noche anduvieron, ningún reposo se dan.

Al lugar de Castejón, que junto a Henares está, Mío Cid una emboscada les quería preparar.

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