LVII. El retorno de la dispersión.

CAPÍTULO LVII.

1. Y aconteció después de esto que vi otra hueste de carros, y hombres montados en ellos, y viniendo con los vientos del este, y del oeste hacia el sur. 2. Y se escuchó el ruido de sus carros, y cuando tuvo lugar este tumulto, los santos del cielo lo notaron, y los pilares de la tierra se movieron de su lugar, y su sonido se escuchó desde un extremo del cielo hasta el otro, en un día. 3. Y todos se postrarán y adorarán al Señor de los Espíritus. Y este es el final de la segunda parábola.

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