CAPÍTULO XLII.
1. La sabiduría no encontró lugar donde pudiera morar;
Entonces le fue asignada una morada en los cielos.
2. Salió la sabiduría para hacer su morada entre los hijos de los hombres,
y no halló morada:
La sabiduría volvió a su lugar
Y se sentó entre los ángeles.
3. Y la injusticia salió de sus aposentos:
A quien ella buscó no encontró
Y habitó con ellos
Como lluvia en un desierto
y rocío sobre una tierra sedienta.