LXXXIX. 51-67. Los dos reinos de Israel y Judá hasta la destrucción de Jerusalén.

51. Y de nuevo vi aquellas ovejas que de nuevo erraron y se fueron por muchos caminos, y abandonaron su casa, y el Señor de las ovejas llamó a algunos de entre las ovejas y los envió a las ovejas, pero las ovejas comenzaron a matarlos. 52. Y uno de ellos se salvó y no fue muerto, y se apresuró y lloró en voz alta sobre las ovejas; y trataron de matarlo, pero el Señor de las ovejas lo salvó de las ovejas, y me lo trajo, y lo hizo morar allí. 53. Y muchas otras ovejas envió a aquellas ovejas para testificarles y lamentarse por ellas. 54. Y después de eso vi que cuando ellos abandonaron la casa del Señor y Su torre se derrumbaron por completo, y sus ojos fueron cegados; y vi al Señor de las ovejas cómo Él llevó a cabo mucha matanza entre ellos en sus rebaños hasta que esas ovejas invitaron a esa matanza y traicionaron Su lugar. 55. Y los entregó en manos de los leones y tigres, y lobos y hienas, y en manos de los zorros, ya todas las fieras, y esas fieras comenzaron a despedazar aquellas ovejas. 56. Y vi que Él abandonó su casa y su torre y las entregó todas en manos de los leones, para despedazarlas y devorarlas, en manos de todas las bestias salvajes. 57. Y comencé a gritar con todas mis fuerzas, y a suplicar al Señor de las ovejas, y a declararle con respecto a las ovejas que todas las fieras salvajes las devoraban. 58. Pero Él permaneció impasible, aunque lo vio, y se alegró de que fueran devorados y tragados y robados, y los dejó para ser devorados en la mano de todas las bestias. 59. Y llamó a setenta pastores, y les arrojó aquellas ovejas para que las apacentaran, y les dijo a los pastores y a sus compañeros: 'Dejad que cada uno de vosotros apacente las ovejas de ahora en adelante, y todo lo que os mandaré que hagáis S.M. 60. Y os los entregaré debidamente numerados, y os diré cuáles de ellos han de ser destruidos, y los destruiréis vosotros.' Y les entregó esas ovejas. 61. Y llamó a otro y le dijo: 'Observa y marca todo lo que los pastores harán con esas ovejas; porque destruirán más de ellos de lo que yo les he mandado. 62. Y de todo exceso y destrucción que se hará por medio de los pastores, registra cuántos destruyen según mi mandato, y cuántos según su propio capricho: registra contra cada pastor en particular toda la destrucción que realiza. 63. Y lee delante de mí por número a cuántos destruyen, y a cuántos entregan para la destrucción, para que yo tenga esto por testimonio contra ellos, y conozca cada obra de los pastores, para que comprenda y vea lo que hacen. hagan, obedezcan o no mi mandato que les he mandado. 64. Pero ellos no lo sabrán, y tú no se los declararás, ni los amonestarás, sino que sólo registrarás en cada individuo toda la destrucción que los pastores hacen cada uno en su tiempo y lo pondrás todo delante de mí.' 65. Y vi hasta que esos pastores pastaron en su tiempo, y comenzaron a matar y destruir más de lo que se les ordenó, y entregaron esas ovejas en manos de los leones. 66. Y los leones y los tigres comieron y devoraron la mayor parte de esas ovejas, y los jabalíes comieron junto con ellos; y quemaron aquella torre y demolieron aquella casa. 67. Y me entristecí mucho por esa torre porque la casa de las ovejas fue demolida, y después no pude ver si esas ovejas entraron en esa casa.

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