LA PRUDENCIA, LA DULZURA, EL VALOR, LA TEMPLANZA, LA CONTINENCIA, LA JUSTICIA, LA LIBERALIDAD, LA GRANDEZA DE ALMA

La prudencia es la virtud de la parte racional del alma, y es la que prepara todos los elementos de nuestra felicidad. La dulzura es la virtud de la parte apasionada, y es la que impide el extravío de la cólera. El valor es aquella virtud de la misma parte del alma que nos hace desechar los terrores que inspira la muerte. La templanza es la virtud de la parte concupiscible que nos hace insensibles al goce de los placeres culpables.

La continencia es la virtud de esta misma parte que, con el auxilio de nuestra razón, sujeta los deseos que nos arrastran hacia los placeres culpables. La justicia es la virtud del alma que nos obliga a dar a cada uno lo que le corresponde, según su mérito. La generosidad es aquella virtud del alma que nos enseña a gastar lo conveniente en cosas bellas y grandes. La magnanimidad es aquella virtud del alma que nos enseña a soportar, cual conviene, la buena y la adversa fortuna.

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