En países muy industrializados, donde las crisis económicas se hicieron recurrentes, nacieron asociaciones para la defensa y lucha en común del proletariado.
El obrero urbano y fabril carece de intereses locales y/o nacionales por carecer de propiedad, sus intereses (el trabajo y el salario) son internacionales por la misma difusión internacional del capital.
Aristocracia del trabajo: la conforman un grupo de obreros más cultos y desarrollados de entre todos los obreros. Se dividen en dos categorías:
1.Artesanos: mejor situación que los obreros fabriles, mayor salario, menor explotación, son vestigio del medioevo, hay muchos semi-burgueses entre ellos que desean tornarse burgueses.
Artesanos más especializados y profesiones más toscas (ej: herreros) Mayor fuerza física, desarrollan instintos revolucionarios.
Categoría intermedia (ej: carpinteros, tipógrafos, sastres) Requiere cierta educación y conocimientos específicos, menor esfuerzo físico, menos instintos revolucionarios, pero mayor tiempo para reflexionar lo que a veces deviene en retórica.
Productores de bienes de lujo: categoría semi-burguesa, vinculada a la existencia y preservación de la burguesía. Individualistas, mayor salario, mayor bienestar, tendencia antisocial y burguesa.
Todos los artesanos conforman la aristocracia dańina del trabajo.
2.Detractores de la clase burguesa: aristocracia benéfica y útil para la emancipación y humanización del proletariado, líderes naturales por la lucha contra todo privilegio: noble, burgués o laboral.
Reúnen pensamiento científico con instinto popular. No reclaman privilegio y los mueve la solidaridad.
Proletariado: única clase que conserva sentimientos humanos e instinto creador y que es imparable a la hora de derribar desigualdades y trabas económicas. Dos posibles aliados puede tener dentro de la burguesía: la pequeńa burguesía empujada por su posición y la juventud de escuelas y universidades, por su temperamento generoso.