La muerte de los pobres

 

Es la Muerte que consuela, ¡ah! y que hace vivir;

Es el objeto de la vida, y es la sola esperanza

Que, como un elixir, nos sostiene y nos embriaga,

y nos da ánimos para avanzar hasta el final;

A través de la borrasca, y la nieve y la escarcha,

Es la claridad vibrante en nuestro horizonte negro,

Es el albergue famoso inscripto sobre el libro,

Donde se podrá comer, y dormir, y sentarse;

Es un Ángel que sostiene entre sus dedos magnéticos

El sueño y el don de los ensueños extáticos,

Y que rehace el lecho de las gentes pobres y desnudas;

Es la gloria de los Dioses, es el granero místico,

Es la bolsa del pobre y su patria vieja,

¡Es el pórtico abierto sobre los Cielos desconocidos!

 

 

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