Lo irremediable

 

I

 

Una Idea, una Forma, un Ser

Surgido del azur y caído

En una Estigia cenagosa y plomiza

Donde ninguna mirada del Cielo penetra;

Un Ángel, imprudente viajero

Que ha tentado el amor de lo informe,

En el fondo de una pesadilla enorme

Debatiéndose como un nadador,

Y luchando, ¡angustias fúnebres!

Contra un gigantesco remolino

Que va cantando como los locos

Y pirueteando en las tinieblas;

Un desdichado hechizado

En sus tanteos fútiles,

Para huir de un lugar lleno de reptiles,

Buscando la luz y la clave;

Un condenado descendiendo sin lámpara

Al borde de un abismo cuyo olor

Traiciona la húmeda profundidad,

De eternas escaleras sin peldaños,

Donde velan monstruos viscosos

Cuyos enormes ojos fosforescentes

Hacen una noche más negra todavía

Dejándoles visibles sólo a ellos;

Un navío apresado en el polo,

Como en una trampa de cristal,

Buscando por qué estrecho fatal

Ha caído en aquel calabozo;

—Emblemas nítidos, cuadro perfecto

De una fortuna irremediable,

¡Qué hace pensar que el Diablo

Realiza siempre bien cuanto él hace!

II

¡Coloquio sombrío y límpido

De un corazón convertido en su espejo!

Pozo de la Verdad, claro y negro,

Donde tiembla una estrella lívida,

Un faro irónico, infernal,

Antorcha de gracias satánicas,

Consuelo y gloria únicos,

—¡La conciencia en el Mal!