El divino Jasón

Pedro Calderon de la Barca

Representóse en Madrid

PERSONAS QUE HABLAN EN ÉL

- JASÓN,

- HÉRCULES,

- TESEO,

- ARGOS,

- ORFEO,

- REY DE TINIEBLAS,

- IDOLATRÍA,

- MEDEA,

- Músicos.

Salen JASÓN divino y ARGOS con muchos ojos sembrados por el vestido.

JASÓN

Argos, oye.

ARGOS

Soy Amor;

vigilante Argos seré,

y al mismo cielo daré

espanto con mi valor.

Fabricaré de mi nombre

un peregrino bajel

que rompa ese mar, y en él

a los mortales asombre.

Haré la primera nave;

sirena será esta vez;

no es medio cuerpo de un pez

ni es medio cuerpo de un ave,

pero en las ondas y vientos,

ya nadando y ya volando

será un escollo, triunfando

de todos los elementos

JASÓN

Levanta máquinas bellas

que den, para nombre eterno,

con la quilla en el infierno,

con la gavia en las estrellas.

Nave será de Jasón,

que en el piélago profundo,

sobre las aguas del mundo,

que humanos trabajos son,

contrastada se ha de ver,

y aunque borrascas padezca,

no habrá sirte que escurezca

su divino rosicler.

Con cien ojos mirar sabe

el amor, un Argos es:

fabrica esa nave, pues,

y da tu nombre a la nave.

Vete a fabricar, amigo,

que yo en esta amena playa

espero gente que vaya

a estas empresas conmigo.

(Vase ARGOS.)

Suenen parches y metales

en la región de los vientos;

los bélicos instrumentos

digan hoy a los mortales

las altas empresas mías,

inciten a la ocasión;

truenos mis palabras son,

que así las llama Isaías.

(Disparan.)

Hombres amigos de fama

y de gloriosos renombres,

a ser dioses, no a ser hombres,

esa voz que suena os llama.

Para una eterna conquista

hace un bajel mi Amor mismo,

águila que en ese abismo

ha de perderse de vista.

Contra Marte y contra Palas

las velas y jarcias mueve,

que, mariposa de nieve,

apague al sol con las alas.

(Cantan dentro de la nave.)

Entre las ondas del mar

parecen flores de Samos

en sus riberas estamos

con ocio a nuestro pesar.

Ten sosiego y dulce calma,

¡oh, poderoso elemento!,

imagen del pensamiento,

que no sosiega en el alma.

JASÓN

Dos valientes hombres veo

que asombro a los peces dan,

y en mi conquista serán

un Hércules y un Teseo.

Venid; veréis un tesoro

que al amor mata de amores;

venid; seréis pescadores

del gran Vellocino de oro.

Venid a mi voz, mortales,

si fama eterna queréis.

Héroes, venid y seréis

argonautas celestiales.

(Salen HÉRCULES y TESEO, que son San Pedro y San Andrés con una aspa y una llave grande Pedro.)

HÉRCULES

Si significa Jasón

«quien da salud eminente»,

a tu voz vengo obediente,

que es lo mismo que «Simón».

Ves aquí que ya dejamos,

Jasón divino, por ti

todas las cosas, y ansí

héroes tuyos nos llamamos.

Ochenta y cuatro serán

los argonautas famosos

que te han de seguir dichosos

si a empresa difícil van.

JASÓN

Doce serán este día

mis héroes; uno sois vos;

los otros setenta y dos

os han de hacer compañía.

«Hércules» quiere decir

invencible, y si sois peña

vuestro nombre mismo enseña

que sois Hércules.

HÉRCULES

Morir

sabré contigo, si importe:

piedra soy, y piedra fiel;

¡ea, Jasón!, tu bajel

salados piélagos corte.

JASÓN

«Varón fortísimo» es

en lengua siria, Teseo,

y en el idioma hebreo

eso mismo suena Andrés.

Siendo así, cualquiera nombre

destos dos te han convenido,

pues varón tan fuerte has sido.

(Tiende el bastón y queda en aspa.)

TESEO

Haré que Pirro se asombre

con este bastón cruzado,

que son mis armas. Con ellas

daré espanto a las estrellas,

daré al abismo cuidado.

(Enseña la maza con puntas.)

HÉRCULES

Yo con esta clava fuerte,

que llave podré llamar,

abrir sabré, y aun cerrar

ya la vida, y ya la muerte.

En las batallas y lides

de las sombras del infierno,

renombre y blasón eterno

tendrá la clava de Alcides.

JASÓN

Todo el celeste hemisfero

tus honras han de temer,

porque teniente has de ser

del Atlante verdadero.

Y ya que la voluntad

seguís del sacro Jasón,

decir quiero la intención

de mi conquista. Escuchad.

En esos mares salados,

esos piélagos undosos,

ese imperio de cristal,

yacen las islas de Colcos.

Tiene su rey en la corte

unos jardines hermosos,

y en la copa de una planta

está el Vellocino de oro.

Guardando están su riqueza

dragones fieros y monstruos

porque es mágica Medea,

y aunque en el talle y el rostro

tiene hermosura gallarda,

a encantos se da de modo

que su voz ciñe los astros

que en ese rápido globo

de zafir, o ya son flores,

o diamantes luminosos,

y los montes más soberbios

que parece que en sus hombros

sustentan el cielo, tiemblan

de los rayos de sus ojos.

Esta, pues, hermosa y sabia

más que Circe, inspira a un toro

de metal mágico aliento,

con que da bramidos roncos

defendiendo el vellocino,

que ha sido el mayor tesoro

deste mundo; pero yo,

que volver no puedo al proprio

reino de mi padre y mío

sin conquistar los despojos

deste hermoso Vellocino,

trofeo maravilloso,

porque así me está ordenado,

desde agora me dispongo

a la fatal aventura

de aquellas islas, y como

nos impide el mar el paso

con sus altos promontorios

de cristal, Argos inventa,

porque es un hombre ingenioso,

una fábrica estupenda

que ha de penetrar los golfos

de espumas nunca pisadas,

sin que las ondas ni escollos

impidan su movimiento,

y de los airados soplos

de los vientos se recele

en su curso presuroso.

Argos llamaré a esta nave,

y, yendo en ella nosotros,

seremos los argonautas

celebrados y famosos,

por sendas que no anduvieron

humanas plantas, pues solo

es privilegio del pez

argentado y escamoso.

Esta es la historia y certeza

deste caso; mas vosotros

podéis atender agora

a lo oculto y misterioso

y al alma desta figura,

que no la penetran todos,

porque entre sombras confusas,

la verdad, que yo conozco,

está escondida, y así

el velo a su imagen corro.

El Vellocino excelente,

que entre los verdes pimpollos

de un árbol está guardado,

no es aquel que en el Esponto

navegó pasando a Frigia,

sino el alma por quien lloro

es de una oveja perdida

de mi rebaño dichoso,

vellocino de la oveja

que Job lamentó en los coros

de versos que a Dios hacía,

vellocino blanco y rojo

sobre quien cayó mi pluvia,

como en su himnos sonoros

dijo David, vellocino

que Gedeón temeroso

exprimió; Raquel hermosa,

porque «Raquel» es lo proprio

que oveja, y de su hermosura,

como Jacob me enamoro.

El árbol es el de Adán,

porque en sus ásperos troncos

encantada está mi oveja,

que allí perdió su decoro

y belleza, y ya la guardan

vicios, infiernos, demonios,

que he de vencer por ganarla,

para traerla en mis hombros.

Medea, que significa

«consejera y sabia en todo»,

la gentilidad ha sido,

que al rito supersticioso

de la mágica se entrega,

y a sus ídolos, que soplo,

humo, polvo y nada son,

se da el Vellocino de oro

desta oveja, y como yo

Jasón valiente me nombro,

que significa «el que sana»,

su salud a cargo tomo.

Amor, Argos vigilante,

que es lo mismo que Custodio,

la nave está fabricando,

de quien elegidos somos

para argonautas, la nave

que en los círculos redondos

de las ondas, ha de ser,

admirando los dos polos,

celeste pájaro, y nunca

vientos y rayos, aborto

de las procelosas nubes,

la podrán echar a fondo.

¡Ea, amigos!, naveguemos

a ese bárbaro y remoto

reino de la gran Medea.

Síganme Cástor y Pólux,

Juan y Diego, pues el uno

será el primero, y el otro

el último que ha de dar

resplandor majestuoso.

Venga el argonauta Orfeo,

el Bautista, que a los tronos

imita en la voz, parando

los tormentos rigurosos.

¡Ea, pues!, valiente Alcides,

que después serás piloto

de la nave, y tú, Teseo,

que con hilo prodigioso

penetrarás laberintos:

ya la nave tiene absorto

al mundo. A embarcar, amigos,

sin temer ondas, escollos,

Sirtes, Caribdis y muertes,

fieras, prodigios y monstruos,

persecuciones, tormentas,

mares, estrechos y golfos,

cosarios, encantos, furias

desatadas de los hondos

abismos, porque la gloria

se promete al animoso.

HÉRCULES

¿Qué elocuencia ha de bastar,

gran Jasón, a responderte?

Los umbrales de la muerte

sabré vencer y pasar.

TESEO

Yo, como el primer planeta,

giros al orbe daré;

con tu luz penetraré

los laberintos de Creta.

(Sale ARGOS.)

ARGOS

Ya el bajel eterno y santo

la espalda del mar oprime,

y el hondo piélago gime

con el peso y el espanto.

Fabricado está de suerte

que le verán firme y quedo

los relámpagos del miedo

y los truenos de la muerte.

JASÓN

Caminos y rumbos largos

veloz penetrar deseo;

Jasón, Hércules, Teseo,

entran ya en la nave de Argos.

TESEO

Ya del rico Vellocino

pretendo hacer un tusón

de quien he de ser patrón.

HÉRCULES

A embarcar, Jasón divino.

JASÓN

Suenen cajas y clarines,

que he de volver sin asombro

con el Vellocino al hombro

coronado de jazmines.

(Tocan cajas y clarines, y vanse, y salen MEDEA y la IDOLATRÍA.)

IDOLATRÍA

No hay cosa que no posea

tu inconstante voluntad,

¡oh, sabia Gentilidad,

oh, doctísima Medea!

Pues ¿por qué tan triste vienes?

¿Por qué gimes? ¿Por qué lloras?

Treinta mil dioses adoras,

reinos antárticos tienes,

si deste polo te escapas

tan oculto, que los hombres

ni penetraron sus nombres,

ni lo supieron los mapas.

Por mí tienes dedicado

a cualquiera cosa un dios;

amigos somos los dos,

mi mágica te he enseñado.

Sus caracteres obscuros

turbarán el firmamento,

y mancharás con tu aliento

los aires claros y puros;

desasidas, si me nombras,

verás las rubias estrellas,

de las imágenes bellas

bajar en pálidas sombras.

Perderá el sol su belleza,

volará la firme roca,

porque tienes en la boca

segunda naturaleza.

En ese ameno jardín

tienes un rico tesoro,

que entre sus guedejas de oro

tuvo candor de jazmín.

¿Por qué eclipsas el semblante

con tanta melancolía?

MEDEA

Poderosa Idolatría,

de quien esclava y amante,

aunque soy reina, me nombro:

los dioses que reverencio

se han sepultado en silencio;

de sus ídolos me asombro;

los oráculos esconden

sus voces como difuntas,

y a mis curiosas preguntas

ni se mueven ni responden.

De sus aras han caído

estatuas de bronce y oro

de muchos dioses que adoro,

y así, pienso que he perdido

mi fuerza y sabiduría,

porque nubes de pesares

en las islas destos mares

llueven hoy melancolía.

IDOLATRÍA

¿Junto a mi poder violento

temes mudables fortunas,

si yo sobre las colunas

del monte del Testamento

puedo hacer que te remontes?

Y si las rápidas alas

te faltaren, para escalas

pondré montes sobre montes.

Canta, pues, provoca al sueño,

porque a tus párpados eche,

entre arroyuelos de leche

hoy márgenes de beleño.

(Sale el REY, que es el Mundo, de galán.)

REY

¿Cómo no ves en tus puertos

maravillas de otra zona,

si no es que como leona

duermes, los ojos abiertos?

En ese mar cristalino,

porque tus glorias resuelva

en sus ondas, una selva,

un caos de lienzo y pino,

una ciudad, un portento,

sobre montañas de nieve,

como otro cielo se mueve

con rápido movimiento.

Auras y favonios son

los que sus alas animan,

para que las ondas giman

de verse ya habitación

del hombre, que en las espumas,

como un águila eminente,

en el buche lleva gente

y rayos trae en las plumas.

Por el oro que en la copa

de ese árbol sirve de flor,

anhela algún robador

como Júpiter de Europa.

MEDEA

¿Cómo a cólera no tocas?

¿Cómo Marte está dormido?

Algún monte se ha caído

sobre el mar; pinos y rocas

un ligero globo enlaza;

no vio tal prodigio el orbe.

¿Cómo el agua no los sorbe

ni el viento los despedaza?

IDOLATRÍA

No vi bajel tan famoso

desde el tiempo de Noé,

pero aquella sombra fue

deste resplandor hermoso.

Hostias y Cálices son

los gallardetes que alcanza,

sus rumbos son Esperanza,

la Fe gobierna el timón.

Plumas son de los doctores

las velas que el aire mueve,

rizas como intacta nieve,

crespas como blancas flores.

Cuando las alas despliega

divinos misterios obra.

¿Cómo no tiembla y zozobra,

si ondas de sangre navega?

Viento la mueve felice:

sin duda debe de ser

la nave del mercader

que en los Proverbios se dice.

¡Ah, nave! Viven los cielos,

que con mis tremendos brazos

tu quilla he de hacer pedazos

entre sepulcros de hielos.

Dando horrores, dando grima

desatando Austros y Notos,

anegaré sus pilotos

y pondré el Olimpo encima.

(Aparece la nave con chirimías, y en ella JASÓN, HÉRCULES, TESEO y ORFEO, que es el Bautista, como le pintan, con sus pieles.)

HÉRCULES

Tierra nos muestra un celaje;

¡tierra, tierra!, gran Jasón;

las islas bárbaras son.

TESEO

Felice ha sido el viaje

hasta agora.

JASÓN

En la ribera

deste piélago profundo,

el Rey deste nuevo mundo

con sus encantos espera.

Cástor, Pólux, Juan y Diego,

hijos de trueno os decís,

buen Erges sois, si venís

para dar bombas de fuego.

Haced a la tierra salva,

porque mi celo la avisa

de que ha llegado la risa

en las lágrimas del alba.

(Hacen salva dentro.)

REY

Hombres nacidos del mar,

pescadores o marinos

monstruos que en varios caminos

las ondas sabéis surcar.

¿Dónde vais? ¿Qué es vuestro intento?

MEDEA

Si es de vosotros alguno

el poderoso Neptuno,

majestad dese elemento,

si sois acaso tritones

que las frentes inmortales

ceñís de rubios corales,

en las húmedas regiones

dese mar ¿qué nos queréis?

IDOLATRÍA

Atrevidos navegantes,

que en los soberbios gigantes

desos escollos vencéis,

¿qué luz, qué norte, qué estrella,

sendas y rumbos os dice,

pues yo mismo no las hice,

con ser la imagen más bella

que de sí dejó memoria

en los celestes despojos,

cuando por cerrar los ojos

no vi un átomo de gloria?

HÉRCULES

De paz venimos; no asombre

el veloz y errante leño:

el gran Jasón es su dueño,

salud promete su nombre.

IDOLATRÍA

Griegos sois, hombres famosos,

que es vuestro renombre, en fin,

en hebreo Ojebaín,

que es lo mismo que engañosos.

Tierra no habéis de pisar;

no tocaréis las arenas.

Sed delfines, sed sirenas;

sea vuestro centro el mar.

Rey famoso, rey inmenso,

turba esos serenos mares,

pues que yo te erijo altares,

pues yo te derrito incienso.

REY

Desatados huracanes

la nave han de deshacer

en el puerto; mi poder

temblaron ya los titanes,

cuyos bárbaros excesos

una montaña eterniza,

que es urna de su ceniza,

pirámide de sus huesos.

(Vase.)

JASÓN

No podrán prevalecer

los encantos del infierno

contra este bajel, que eterno,

a tu pesar ha de ser.

HÉRCULES

Ya, Jasón soberano,

en montañas de espuma miro cano

este reino de plata,

porque el abismo su furor desata;

ya con fuerza más grave

soplan los vientos que batió la nave,

naufragios nos promete.

TESEO

¡Amaina la mayor, iza el trinquete!

HÉRCULES

Al cielo casi sube,

estrella es el farol, el bajel nube,

ya en las aguas se mete.

¡A la braza!

TESEO

¡A la escota!

ORFEO

¡Al chafaldete!

JASÓN

Pequeña fe es la vuestra:

en las borrascas el valor se muestra

de esta nave sagrada

que será perseguida y no anegada.

Medea, a tus pesares,

este leño, blasón de tantos mares,

arribará a tu puerto.

(Sale el REY.)

REY

Aunque soy inmortal, vencido y muerto

del Jasón soberano

vuelvo a tus ojos: todo encanto es vano.

ARGOS

Ya el agua está serena,

pedazos de coral sobre el arena

da; el céfiro süave

con pompa y majestad mueve la nave

porque triunfar se vea.

JASÓN

Danos puerto de paz, sabia Medea.

IDOLATRÍA

Los pensamientos son vanos,

de ese bajel; antes que entre

tanto cadáver encuentre

que encalle en cuerpos humanos.

Maximinos y Trajanos

y Nerones son, sangrientos,

los que han de inventar tormentos,

dando las vidas incautas

de tus viles argonautas,

púrpura a dos elementos.

Por cabezas, brazos, piernas,

toros de bronce y parrillas,

zarparán remos y quillas

que en esa nave gobiernas.

No pienses que son eternas

las hazañas con que pasas

ese mar.

JASÓN

Dóricas basas

de mi edificio supremo

son esas furias; no temo

cuchillos, cruces ni brasas.

Tocad a desembarcar.

IDOLATRÍA

Tocad al arma vosotros.

JASÓN

¿Quién será contra nosotros?

MEDEA

Esas fieras y ese mar.

HÉRCULES

De Jasón han de temblar.

REY

Mi poder ha conocido.

TESEO

Dos veces serás vencido.

IDOLATRÍA

Asombro soy de la tierra.

(Suena ruido como de truenos y tempestad con tiros.)

JASÓN

Toca al arma.

HÉRCULES

¡Guerra!

IDOLATRÍA

¡Guerra!

JASÓN

Ya el iris bello ha salido.

(Ponen un arco de colores con una Cruz en la proa de la nave, y vanse tocando al arma los del bajel, y los de abajo tocan cajas y clarines y luego chirimías. Quédase la IDOLATRÍA.)

IDOLATRÍA

Pasó la tempestad; ya está serena

la esfera de ese mar que daba espanto,

ya es timbre, ya es corona de la entena

el arco de la paz, el Iris santo.

¿Cómo no turba al sol mi ardiente pena,

cuando los cuellos de rubí levanto?

¡Ay, arco celestial, de tus colores

tienes cifrados todos mis rigores!

El pálido color a mí me alcanza,

pues mirando esa imagen desespero;

en lo verde consiste la esperanza

del linaje que fue polvo primero,

en lo rojo se ve la confianza

de la púrpura y sangre del Cordero

que a la Pascua de Dios abrió el camino

puesto en la mesa del Fasé divino.

Si el arco de colores, crespo y rizo,

la antigüedad llamó sagrada puente

que en la vaga región Júpiter hizo

para pasar del Sur al Occidente,

como esa Cruz es arco, es pasadizo,

por quien llega al Impíreo con la frente,

a mi pesar, el corazón humano,

una vez casi Dios y otra gusano.

Los senos del infierno están temblando

del Iris celestial de esa Cruz bella;

ya Moloc y Esaú gimen llorando.

¡Que nazca de dos palos una estrella!

Pedazos te he de hacer. Mas ¿cómo o cuándo,

si átomos inmortales atropella?

Tus rayos me deslumbran. Soles fueron;

ya las estatuas de Betel cayeron.

(Salen por la otra puerta JASÓN y los suyos, y por la otra MEDEA, y quédase la IDOLATRÍA a la puerta.)

JASÓN

Como en sus playas me vea

ella me ha de recibir.

MEDEA

Amor le pienso fingir.

Hoy sabrán quién es Medea.

JASÓN

Salve, reina poderosa.

Golfos penetré por ver

tan soberana mujer,

tan gentil y tan hermosa;

como blanca mariposa

vengo a amarte, vengo a verte,

que eres luz, y luz de suerte

que al Fénix del cielo igualas,

y, ansí, batiendo las alas,

enciendo mi propria muerte.

Codicia de tus imperios

no me trae en esa nave

que, émula inmortal del ave,

vuela por dos hemisferios.

Por ondas de vituperios

llegué a tus rayos sutiles

que están produciendo abriles.

Tengo esposa, diome enojos,

y yo dejaré sus ojos

por esos ojos gentiles.

Flor serás de maravillas,

tu aliento será de aromas,

tus ojos serán palomas,

y tus hermosas mejillas

serán bellas tortolillas.

Pondréte dos arracadas

y dos murenas doradas,

y serán, para ser bellos,

tu dientes y tus cabellos,

ovejas recién lavadas.

MEDEA

Pensaba fingir amores

y ya verdaderos son.

Tú eres divino Jasón;

ya han aparecido flores

en mi tierra, y sus olores

dan las viñas florecientes;

cristal brotaron las fuentes

para que beban las almas,

y tus cabellos son palmas

nacidas a sus corrientes.

Sombra es el rico tesoro

que ves en aquel manzano,

del resplandor soberano

de Jasón, a quien adoro.

La cabeza tienes de oro,

y respirando azucenas,

son tus hermosas melenas

como palmas relevadas.

Las manos son torneadas,

y están de jacintos llenas;

tuya soy, a ti te quiero;

regaladme ya con flores,

que estoy muriendo de amores

deste Jasón verdadero.

Digo que de amores muero;

tuyo será el Vellocino

que buscas, Jasón divino,

y aunque no soy tan hermosa

como tu primera esposa,

más lo he de ser, imagino.

[JASÓN]

Destierra esa Idolatría;

de tu reino la has de echar,

para que pueda alumbrar

sus engaños la luz mía.

MEDEA

Poco a poco vendrá el día

de mi paz y mi sosiego.

IDOLATRÍA

(Aparte.)

Amores finge; yo llego,

y si verdaderos son,

exhale mi corazón

montes de hielo y de fuego.

HÉRCULES

¿Cómo quieres desposarte,

señor, con una gentil,

encantadora sutil,

vana idólatra de Marte?

¿Tu nave quieres pasar

a estos reinos, a estos climas?

¿Tu antigua esposa no estimas,

o la quieres repudiar?

JASÓN

Yo te quiero responder.

Come de aquellos dragones.

HÉRCULES

Duro precepto me pones.

¿Cosa inmunda he de comer?

JASÓN

No es lo que yo santifico

cosa inmunda, cosa fea.

Seré esposo de Medea

porque el Vellocino rico

es timbre de mis coronas,

y es de Isaac la bendición.

HÉRCULES

Ya digo que no es Jasón

aceptador de personas.

MEDEA

Sentémonos, mi Jasón,

y de las auras gocemos

que han hecho de argentería

flores y hojas de esos huertos.

JASÓN

Sentémonos, que contigo

pretendo estar muy de asiento.

MEDEA

Un ramillete he de hacerte

en mis jardines amenos.

TESEO

Uno quiero hacer agora

de flores y de misterios,

porque lo des a la esposa

que tuya ha de ser.

JASÓN

Y presto.

TESEO

Ahora bien, todos los seis

mudar los nombres debemos;

Jasón se llame Jesús,

o Salvador, que es lo mesmo;

Medea se ha de llamar

Gentilidad, y tú, Orfeo,

Juan te llamarás, que es Gracia,

y eres tú la voz del Verbo.

La Idolatría se llame

Engaño, y Hércules Pedro,

y Andrés mi nombre será,

aunque me llaman Teseo.

Cada cual nombre una flor

de color hermoso y bello

para hacer el ramillete.

MEDEA

Por la esperanza que tengo,

y para dar a las flores

orla hermosa, elijo trébol:

el color verde es el mío.

HÉRCULES

Por la fe que tener debo,

nombro jacintos azules,

flores de color de cielo.

ORFEO

Jazmines serán mis flores,

porque lo blanco y lo terso,

que significa pureza,

es el color que profeso.

IDOLATRÍA

Mis flores son clavellinas,

que son de color sangriento,

porque de la sangre humana

derramar abismos pienso.

JASÓN

Pues violetas son las mías,

que el color morado es, cierto,

símbolo de amor, y amor

mi atributo será eterno.

TESEO

Pues en oyendo su nombre

cada cual repita luego

el que agora impuse, y cuando

se nombraren discurriendo

las flores, también repitan

los colores que eligieron;

el que errare ha de pagar.

JASÓN

Juan y yo ¿cómo podemos

errar?

TESEO

No ha de haber errores

donde todos son aciertos;

empiece mi ramillete

repitiéndose primero

cómo en esa hermosa nave

argonautas verdaderos

a estas islas han pasado,

y viéndolos en el puerto

Medea...

MEDEA

Gentilidad.

TESEO

...con furioso y bravo aspecto

recibió al grande Jasón...

JASÓN

Salvador.

TESEO

...cuyos deseos

son del Vellocino de oro,

y así con Hércules...

HÉRCULES

Pedro.

TESEO

Desembarcó en la ribera,

y llamando al dulce Orfeo...

ORFEO

Juan.

TESEO

...ya, cuya voz sonora,

aunque voz dada en desierto,

dice que es la idolatría...

IDOLATRÍA

Engaño.

TESEO

Y es el efecto

de la idolatría...

IDOLATRÍA

Engaño.

TESEO

De modo que conocemos

que es la idolatría...

IDOLATRÍA

Engaño.

MEDEA

Si tú con tus labios mesmos

tres veces has confesado

que eres engaño, no quiero

seguirte más, fiero monstruo.

¡Oh, cómo ya te aborrezco!

IDOLATRÍA

Con engaño me han cogido.

¿Estas son veras o juego?

TESEO

Digo, pues, que en los jardines

que vencen a los Hibleos,

la flor jacinto...

HÉRCULES

Jacinto.

TESEO

...nos mostró la fe y el celo,

y en los hermosos jazmines...

ORFEO

Jazmines.

TESEO

...los hombres vieron

la caridad en que Dios

unido se ve con ellos

por el trébol.

MEDEA

Trébol.

TESEO

Muestra

la esperanza dulce afecto,

y la morada violeta...

JASÓN

Violeta.

TESEO

...su amor inmenso.

Muestra el clavel encarnado,

clavel, clavel...

MEDEA

¿Qué silencio

es el tuyo, Idolatría?

IDOLATRÍA

No haré cosa de provecho;

turbada estoy, cuanto más

que un color solo no tengo,

pues tantos dioses adoro

que aun las flores del Himeto

su número no igualaron:

¿cómo he de estar atendiendo

a un clavel?

TESEO

Paso adelante,

que tú pagarás los yerros

después; digo que las flores

significados diversos

tienen de muchas virtudes,

con que el regalo prevengo

de la esposa en su esperanza,...

MEDEA

Verde.

TESEO

...que el amor eterno...

JASÓN

Morado.

TESEO

...llevó a Jasón...

JASÓN

Salvador.

TESEO

...por los inciertos

campos del mundo, mostrando

su caridad...

ORFEO

Blanco.

TESEO

...y puesto

entre tormentos y azotes,

faltando la voz de Orfeo...

ORFEO

Juan.

TESEO

...coronado le vimos

de espinas y juncos fieros,

no de jacintos... jacintos,

flores azules...

(Duérmese Pedro, que es HÉRCULES.)

JASÓN

¿Durmiendo

estás agora? Despierta,

Hércules, amigo Pedro.

(Despierta turbado.)

HÉRCULES

Azules.

TESEO

Tardaste.

HÉRCULES

Erré,

porque si en lo azul tenemos

cifra de la fe, y la fe

me faltó cuando al Maestro

le coronaban de espinas,

descuido y error confieso.

JASÓN

Pues llorar en penitencia.

HÉRCULES

Seré Heráclito perfecto.

TESEO

Digo que el tálamo hermoso

de la esposa, está compuesto

de los jazmines...

ORFEO

Jazmines.

TESEO

...y del tierno trébol...

MEDEA

Trébol.

TESEO

...y de violetas...

JASÓN

Violetas.

TESEO

...y asistiendo Hércules...

HÉRCULES

Pedro.

TESEO

...Medea...

MEDEA

Gentilidad.

TESEO

...será la esposa, y Orfeo...

ORFEO

Juan.

TESEO

...será voz de Jasón...

JASÓN

Salvador.

MEDEA

¡Qué dulce acento!

TESEO

...porque ansí la Idolatría...

IDOLATRÍA

Por ahora está en silencio.

TESEO

Y aun vencida y desterrada,

porque las mesas se han puesto

para celebrar las bodas,

donde da el esposo mesmo

su cuerpo y sangre en manjar,

porque es celestial cordero,

y aquí la esperanza...

MEDEA

Verde.

TESEO

...la fe descubre, y el celo...

HÉRCULES

Azul.

TESEO

...con la caridad...

ORFEO

Blanco.

TESEO

...que es blanco perfecto

de amor.

JASÓN

Morado, morado.

MEDEA

Dos veces lo dijo: exceso.

JASÓN

Es verdad que exceso ha sido

del amor, el dar mi cuerpo

en manjar. ¿Tú me acusaste?

MEDEA

No, señor, que ya lo creo.

TESEO

Finalmente, el ramillete

otras virtudes ha hecho

teologales: la fe,...

HÉRCULES

Azul.

TESEO

...la caridad,...

ORFEO

Blanco.

TESEO

...y luego,

en el bautismo divino,

que es el Jordán verdadero,

renace vuestra esperanza...,

esperanza...

JASÓN

Esposa, presto

di verde.

MEDEA

Si ese bautismo

me hace tuya y no lo tengo,

¿qué mucho que no responda?

¿Qué es la pena que merezco?

JASÓN

Yo la pagaré por ti.

MEDEA

¿No ha errado Juan en el juego?

JASÓN

No, que está santificado.

MEDEA

Pues, dulce esposo, ya es tiempo

de ganar el Vellocino;

el jardín está en silencio,

sueño a esas fieras infunde.

JASÓN

Los dragones y tormentos

pasaré por tus errores.

MEDEA

Ya aqueste monstruo, que feo

me parece, ha de salir

desterrado de mis reinos.

Vete de aquí, pues erraste.

IDOLATRÍA

Iréme a infundir veneno

a esos dragones y fieras.

(Da voces.)

¡Rey del Aquilón soberbio,

rey de Colcos, que te roban

los tesoros de tus huertos!

(Vase.)

JASÓN

Medea, yo he de ser contigo Isaac,

tu bendición te da Melquisedec.

MEDEA

Pobre y humilde soy; seré Lamec

si hasta ahora fui rayo, fui Barac.

JASÓN

Un gigante en mi amor es un Enac.

MEDEA

Y yo te llamaré Imihen Lidec.

JASÓN

Bien dices, porque soy Abimelec.

MEDEA

Pedazos haré al ídolo Balac.

JASÓN

Tiemble Idumea ya, tiemble Moloc.

MEDEA

Medea no he de ser, ya soy Naín.

JASÓN

Sí, porque justo soy, y soy Sadoc.

MEDEA

Dale tu diestra, pues, a Benjamín.

JASÓN

A ti se ha dedicado como Enoc.

MEDEA

Salve, sagrado Abel.

JASÓN

Salve, Efraín.

(Sale el REY y la IDOLATRÍA.)

REY

¿A mis jardines se atreven

esos que argonautas nombras,

y que las mortales sombras

entre las aguas no beben?

Defender pienso la entrada;

llega fuerte, Idolatría,

sube, compañera mía,

al desierto desta grada.

(Súbense en unas gradas hacia el árbol.)

¿Dónde vas, Jasón famoso,

con vïaje tan prolijo?

Si eres deidad, si eres hijo

de Júpiter poderoso,

pues quieres mi Vellocino

haz que se vuelvan en pan

esos peñascos que están

impidiéndote el camino,

y en ese mar de reflejos

esa nave podrá ser

la nave del mercader

que lleva pan desde lejos.

JASÓN

Con la palabra de Dios

y no con pan solamente

vive el hombre.

IDOLATRÍA

Él es valiente;

vencidos vamos los dos.

REY

No a ganar mi Vellocino

tu espíritu se remonte;

arrójate de ese monte:

tus héroes en el camino

te recibirán.

JASÓN

Al cielo

no se ha de tentar. Son vanas

tus fuerzas.

REY

Esas manzanas

de oro, que penden al suelo,

y este tesoro de nieve

te daré, si nos adoras.

JASÓN

Bárbaro, ¿mi ciencia ignoras?

Solamente a Dios se debe

la adoración, a quien Santo

espíritus encendidos

llamaron.

IDOLATRÍA

Somos vencidos;

acudamos al encanto

de las muertes y tormentos.

(Vanse el REY y la IDOLATRÍA por alto.)

HÉRCULES

¡Ea, señor!, que aquí estamos

y en la lid te confortamos;

estrellas cubren los vientos.

JASÓN

Orfeo, pasa adelante;

prevénme, Juan, el camino.

ORFEO

Lucero del sol divino

y estrella he de ser errante;

tu precursor he de ser.

Sube a ganar el tesoro;

con el Vellocino de oro

tus héroes han de volver.

Monstruos y fieras, ¿qué hacéis?

Este sí es Jasón divino;

(Señálale.)

mejor es su vellocino;

Cordero es este que veis.

Los tuyos siguiendo vamos

tus pisadas, Jasón fuerte;

no ha de espantarnos la muerte.

(Van subiendo donde estará un árbol con manzanas de oro, y en la copa el Vellocino, que es una corderilla blanca, y al pie del árbol un dragón y un toro y otros animales, que bramen y se meneen horribles.)

JASÓN

Ya en la lid última estamos;

los leones y dragones

he de hollar, que ansí lo dijo

aquel Rey de quien soy hijo.

Muertes, tormentos, pasiones,

dejad que gane el vellón

de la oveja que perdí;

con esta espada vencí,

(Saca una espada que es una cruz.)

porque en nombre de Jasón

o Jesús, han de temblar,

aunque es nombre dulce y tierno,

el cielo, el mundo, el infierno,

y los cóncavos del mar.

Oveja, que eres tesoro

del Vellocino dorado,

(Alcanza el cordero del árbol y las fieras bramen y menéense.)

¡oh, cuánto tú me has costado!

De placer y gusto lloro;

seré esta vez buen pastor:

todo en mi nombre se entiende,

y en Jasón se comprehende

ser médico y salvador.

TESEO

Tuyos los trofeos fueron;

quede en eterna memoria

tan eminente victoria.

TODOS

Los argonautas vencieron.

TESEO

Y yo en tu nombre, Jasón,

con parte del Vellocino

que ganó tu ser divino,

me pongo aqueste tusón.

(Pónesele en el pecho como tusón.)

Vean pendiente en mi cuello

que he sido en esta conquista

águila de eterna vista

deste Vellocino bello

que asombro del mundo es;

orden de caballería

la ha de hacer la fuerza mía.

Teseo soy, soy Andrés.

(Toma JASÓN el cordero a TESEO, y pónelo al hombro.)

MEDEA

Agora sí, salvador,

llamar a Jasón podemos.

Cantemos tonos, cantemos

la gala del vencedor.

(Cantan.)

Para dalle nueva vida

y dar al infierno asombro,

lleva Jasón en el hombro

el rico vellón de la oveja perdida.

(Bajan mientras cantan, y ciérrase la apariencia, y luego suben a la nave cantando, y sale la IDOLATRÍA.)

IDOLATRÍA

A esa católica nave

hablar quiero desde aquí,

para que sepan que tengo

belleza de querubín.

Argonautas naufragantes

en ese piélago; oíd

que a batalla os desafía

el inmortal Baharín.

En el estrellado trono

donde Dios quiso asistir,

hermoso más que los cielos

de su palabra nací.

Entre nueve jerarquías

fui más alto serafín,

y ufano con mi hermosura

quise con Dios competir.

Mas levantóse atrevido

Miguel, diciéndome: «Quis

sicut Deus?»; tocó al arma

un estupendo clarín:

la batalla fue sangrienta.

Cielos, si lo fue decid;

vuestras colunas temblaron,

y el que agora es mi cenit,

por la sangre de un Cordero

cuya bella imagen vi.

Venció la parte contraria

y al caer estremecí

los abismos y los cielos,

donde me llamé Naín.

Vengar quise mis afrentas

en la mujer, que feliz

le coronaban la frente

flores de Ebdón y Sanir.

Gozaba dichosa paz

en un hermoso jardín

el hombre, recién formado,

gallardo, sabio y gentil,

amante de su mujer,

cuya blancura el jazmín

envidiaba, cuyos labios

eran clavel carmesí.

Comed, señora, le dije,

si inmortal queréis vivir,

y veréis cómo en la ciencia

con vuestro Autor competís.

Esta manzana teñida

de la gualda y del carmín,

da eterna sabiduría:

como Dios seréis ansí.

Vencíla, comió, y alegre

en un hermoso terliz

de rosas y hierbas, puso

la fruta que yo le di.

Convidó con ella a Adán;

era tierno, amaba, en fin.

Comió della, conocióse,

lloró luego y yo reí.

Echólos del Paraíso

su Señor, y un querubín

con una espada de fuego

los dejó por guarda allí,

y maldiciéndome, dijo:

«Enemistad entre ti

y la mujer habrá, y ella

te romperá la cerviz».

Desesperado y soberbio,

desde entonces, ¡ay de mí!,

persigo al hombre y compito

con el sumo Adonaí.

Otra nave solamente,

imagen de ese neblí

de las aguas, nido fue

de aromas y de alhelís,

donde fénix renació

mundo nuevo, que al abril

de su hermosa primavera

crecer supo, y producir.

Espera, nave enemiga,

águila deste país,

toro de mejor Europa,

¿eres sirena o delfín?

Deja el vellón que me llevas;

vuelva, vuelva a su redil

la oveja que me arrebatas

casi con los lustros mil

que encantada la he tenido,

y como Clicie seguí

la hermosura de sus rayos,

del clavel y del jazmín.

Ya será todo expirar,

ya será todo morir,

ya llegó mi mayor pena,

ya llegó el rabioso fin,

ya feneció mi venganza,

ya Jasón triunfó de mí.

JASÓN

Porque sepas que la planta

donde estaba el Vellocino

produce fruto divino,

porque es ya una imagen santa,

Tártaro fiero, levanta

los ojos a ese madero:

verás en él un Cordero

que su púrpura derrama

en Cáliz, dando a quien ama

Vellocino verdadero.

(Suena música, y córrese una cortina y aparece encima del árbol un cordero corriendo sangre, un Cáliz y una Hostia, y en lugar de manzanas Ángeles y Serafines. Han de haber quitado las fieras.)

IDOLATRÍA

Árbol que diste la muerte,

¿cómo agora das la vida?

¿Cordero y sangre vertida?

Misterio es divino y fuerte.

Con cada gota que vierte

horror me ponen delante

como a soberbio elefante.

¿Por qué ha de alcanzar blasón

un cordero de un dragón

con escamas de diamante?

Gimo, rabio, desespero,

entre mortales enojos,

y me deslumbra los ojos

el candor de ese Cordero;

morir y verle no, quiero;

muera yo y el hombre viva;

el infierno se aperciba,

sus siete gargantas abra,

porque el Cordero es Palabra

que me ciega y me derriba.

(Húndese con ruido de cohetes tronadores, y salgan llamas por donde se hundió, con pez.)

(Cantan.)

El hombre, que era mortal,

aliento de vida tome,

que eterno será, si come

ese Cordero legal.

(Cúbrese todo, con chirimías, con que se da fin al famoso auto del Divino Jasón.)

¡Gracias por leer este libro de www.elejandria.com!

Descubre nuestra colección de obras de dominio público en castellano en nuestra web

Share on Twitter Share on Facebook