XX

Ya siente que te extingues en su seno,

llama vital, que dabas

luz a su espíritu, a su cuerpo fuerzas,

juventud a su alma.

Ya tu calor no templará su sangre,

por el invierno helada,

ni harás latir su corazón, ya falto

de aliento y de esperanza.

Mudo, ciego, insensible,

sin goces ni tormentos,

será cual astro que apagado y solo,

perdido va por la extensión del cielo.