Introducción

Parad, vientecillos,             (1)

no alcéis en las olas

el más leve pliegue;

venid, escuchad:

hoy nace en su seno             (5)

la hija del mar.

En carro de nácar,

de concha y corales,

se mece la maga,

la maga de amor,             (10)

y al largo de los anchos y frescos arenales

resuena la más dulce y lánguida canción.

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