Acto II

Salen dos figuras de ninfas vestidas bizarramente, cada vna con su targeta en el braço: en la vna viene escrito «CURIOSIDAD»; en la otra, «COMEDIA».

  

CURIOSIDAD

Comedia.

COMEDIA

Curiosidad,

¿que me quieres?

CURIOSIDAD

Informarme

que es la causa por que dexas

de vsar tus antiguos trages,

del coturno en las tragedias,

del çueco en las manuales

comedias, y de la toga

en las que son principales;

cómo has reduzido a tres

los cinco actos que sabes

que vn tiempo te componian

ilustre, risueña y graue;

aora aqui representas,

y al mismo momento en Flandes;

truecas sin discurso alguno

tiempos, teatros, lugares.

Veote, y no te conozco.

Dame de ti nueuas tales

que te buelua a conocer,

pues que soy tu amiga grande.

COMEDIA

Los tiempos mudan las cosas

y perficionan las artes,

y añadir a lo inuentado

no es dificultad notable.

Buena fuy passados tiempos,

y en estos, si los mirares,

no soy mala, aunque desdigo

de aquellos preceptos graues

que me dieron y dexaron

en sus obras admirables

Seneca, Terencio y Plauto,

y otros griegos que tu sabes.

He dexado parte dellos,

y he tambien guardado parte,

porque lo quiere assi el vso,

que no se sujeta al arte.

Ya represento mil cosas,

no en relacion, como de antes,

sino en hecho, y assi es fuerça

que aya de mudar lugares;

que como acontecen ellas

en muy diferentes partes,

voyme alli donde acontecen,

disculpa del disparate.

Ya la comedia es vn mapa

donde no vn dedo distante

veras a Londres y a Roma,

a Valladolid y a Gante.

Muy poco importa al oyente

que yo en vn punto me passe

desde Alemania a Guinea

sin del teatro mudarme;

el pensamiento es ligero:

bien pueden acompañarme

con el doquiera que fuere,

sin perderme ni cansarse.

Yo estaua aora en Seuilla,

representando con arte

la vida de vn jouen loco,

apassionado de Marte,

rufian en manos y lengua,

pero no que se enfrascasse

en admitir de perdidas

el trato y ganancia infame.

Fue estudiante y rezador

de psalmos penitenciales,

y el rosario ningun dia

se le passò sin rezalle.

Su conuersion fue en Toledo,

y no serà bien te enfade

que, contando la verdad,

en Seuilla se relate.

En Toledo se hizo clerigo,

y aqui, en Mexico, fue frayle,

adonde el discurso aora

nos truxo aqui por el ayre.

El sobrenombre de Lugo

mudò en Cruz, y es bien se llame

fray Christoual de la Cruz

desde este punto adelante.

A Mexico y a Seuilla

he juntado en vn instante,

surziendo con la primera

esta y la tercera parte:

vna de su vida libre,

otra de su vida graue,

otra de su santa muerte

y de sus milagros grandes.

Mal pudiera yo traer,

a estar atenida al arte,

tanto oyente por las ventas

y por tanto mar sin naues.

Da lugar, Curiosidad,

que el bendito frayle sale

con fray Antonio, vn corista

bueno, pero con donayres.

Fue en el siglo Lagartija,

y en la religion es sacre,

de cuyo buelo se espera

que ha de dar al cielo alcance.

[CURIOSIDAD]

Aunque no lo quedo en todo,

quedo satisfecha en parte,

amiga; por esto quiero,

sin replicarte, escucharte.

 

(Entranse.)

(Sale FRAY CHRISTOUAL en abito de santo Domingo, y FRAY ANTONIO tambien.)

F. ANTONIA

Sepa su paternidad...

CRUZ.

Entone mas baxo el punto

de cortesia.

F. ANTONIA

En verdad,

padre mio, que barrunto

que tiene su caridad

de bronze el cuerpo, y de suerte,

que tarde ha de hallar la muerte

entrada para acaballe,

segun da en exercitalle

en rigor aspero y fuerte.

CRUZ.

Es bestia la carne nuestra,

y, si rienda se le da,

tan desbocada se muestra,

que nadie la boluera

de la siniestra a la diestra.

Obra por nuestros sentidos

nuestra alma: assi estan tapidos,

y no sutiles; es fuerça

que a la carrera se tuerça

por donde van los perdidos.

La luxuria està en el vino,

y a la crapula y regalo

todo vicio le es vezino.

F. ANTONIA

Yo, en ayunando, estoy malo,

floxo, indeuoto y mohino.

De vn otro talle y manera

me hallaua yo quando era

en Seuilla tu mandil:

que hazen ingenio sutil

las blancas roscas de Vtrera.

¡O vuas albaraçadas,

que en el pago de Triana

por la noche sois cortadas,

y os hallais a la mañana

tan frescas y aljofaradas,

que no ay cosa mas hermosa,

ni fruta que a la golosa

voluntad ansi despierte!.

¡No espero verme en la suerte

que ya se passô dichosa!

CRUZ.

Cierto, fray Antonio amigo,

que essa consideracion

es lazo que el enemigo

le pone a su perdicion.

Estè atento a lo que digo.

F. ANTONIA

Consideraua yo agora

dónde estara la señora

Librija, o la Salmerona,

cada qual, por su persona,

buena para pecadora.

¡Quien supiera de Ganchoso,

del Lobillo y de Terciado,

y del Patojo famoso!

¡O feliz siglo dorado,

tiempo alegre y venturoso,

adonde la libertad

brindaua a la voluntad

del gusto mas esquisito!

CRUZ.

¡Calle; de Dios sea bendito!

F. ANTONIA

Calle su paternidad

y dexeme, que con esto

euacuo vn pessimo humor

que me es amargo y molesto.

CRUZ.

Cierto que tengo temor,

por verle tan descompuesto,

que ha de apostatar vn dia,

que para los dos sería

noche de luto cubierta.

F. ANTONIA

No saldra por essa puerta

jamas mi melencolia;

no me he de estender a mas

que a quexarme y a sentir

el ausencia del Compas.

CRUZ.

¡Que tal te dexas dezir,

fray Antonio! Loco estás;

que en el juyzio empeora

quien tal acuerdo atesora

en su memoria vilmente.

F. ANTONIA

Rufian corriente y moliente

fuera yo en Seuilla agora,

y tuuiera en la dehessa

dos yeguas, y aun quiça tres,

diestras en el arte auiesa.

CRUZ.

De que en essas cosas des,

sabe Dios lo que me pesa;

mas yo hare la penitencia

de tu rasgada conciencia.

Quedate, Antonio, y aduierte

que de la vida a la muerte

ay muy poca diferencia:

quien viue bien, muere bien;

quien mal viue, muere mal.

F. ANTONIA

Digo, padre, que està bien;

pero no has de hazer caudal

de mi, ni enfado te den

mis palabras, que no son

nacidas del coraçon,

que en sola la lengua yazen.

CRUZ.

Dan las palabras y hazen

fee de qual es la intencion.

(E[n]tra vn corista llamado FRAY ANGEL; señalase con sola la A.)

A.

Padre maestro, el prior

llama a vuestra reuerencia,

y espera en el corredor.

 

(Vase luego el PADRE CRUZ.)

F. ANTONIA

Mas presto es a la obediencia,

que el sol a dar resplandor.

Padre fray Angel, espere.

A.

Diga presto que me quiere.

 

(Enseñale hasta vna dozena de naypes.)

  

F. ANTONIA

Mire.

A.

¿Naypes? ¡Perdicion!

F. ANTONIA

No se admire, hipocriton,

que el caso no lo requiere.

A.

¿Quien te los dio, fray Antonio?

F. ANTONIA

Vna deuota que tengo.

A.

¿Deuota? ¡Será el demonio!

F. ANTONIA

Nunca con el bien me auengo;

leuantasle testimonio.

A.

¿Estan justos?.

F. ANTONIA

Pecadores

creo que estan los señores,

pues, para cumplir quarenta,

entiendo faltan los treinta.

A.

Si fueran algo mejores,

buscaramos vn rincon

donde podernos holgar.

F. ANTONIA

Y hallaramosle a sazon:

que nunca suele faltar

para hazer mal ocasion.

¡Bien ayan los gariteros

magnificos y grosseros,

que con vn ánimo franco

tienen patente el tauanco

para blancos y fulleros!

Vamos de aqui, que el prior

viene alli con el señor

que lo fue de nu[e]stro Cruz,

gran cauallero andaluz,

letrado y visitador.

(Entranse.)

(Salen el PRIOR y TELLO DE SANDOUALMA)

PRIOR

El es vn angel en la tierra, cierto,

y viue entre nosotros de manera,

como en las soledades del desierto;

no desmaya ni afloja en la carrera

del cielo, adonde, por llegar mas presto,

corre desnudo y pobre, a la ligera,

humilde sobre modo, y tan honesto,

que admira a quien le vee en edad florida

tan recatado en todo y tan compuesto.

En efecto, señor, el haze vida

de quien puede esperar muerte dichosa

y gloria que no pueda ser medida.

Su oracion es continua y feruorosa,

su ayuno inimitable, y su obediencia

presta, sencilla, humilde y hazendosa.

Resucitado ha en la penitencia

de los antiguos padres, que en Egypto

en ella acrisolaron la conciencia.

TELLO.

Por millares de lenguas sea bendito

el nombre de mi Dios; a este mancebo

boluio de do pense que yua precito.

Bueluome a España, y en el alma lleuo

tan grande soledad de su persona,

que quiero exagerarla, y no me atreuo.

PRIOR

Vuesa merced nos dexa vna corona

que ha de honrar este reyno mientras ciña

el cerco azul el hijo de la Zona.

Està entre aquestos barbaros aun niña

la fe christiana, y faltan los obreros

que cultiuen aqui de Dios la viña,

y la leche mejor, y los azeros,

que a entrambas les hara mayor prouecho.

Es exemplo de[e]stos jornaleros,

que es menester que tenga sano el pecho

el medico que cura a lo diuino,

para dexar al cielo satisfecho.

(Entran el PADRE CRUZ y FRAY ANTONIO.)

  

Aquesta compostura de continuo

trae nuestro padre Cruz, tan mansa y graue,

que alegre y triste sigue su camino:

que en el lo triste con lo alegre cabe.

CRUZ.

Deo gracias.

PRIOR

Por siempre, amén,

estas y todas naciones

con viua fe se las den.

CRUZ.

Suplicote me perdones,

señor, si no he andado bien,

faltando a la cortesia

que a tu presencia deuia.

TELLO.

Padre fray Christoual mio,

esto toca en desuario,

porque toca en demasia;

yo soy el que he de postrarme

a sus pies.

CRUZ.

Por el oficio

que tengo, puedo escusarme

de auer dado poco indicio

de cortés en no humillarme,

y mas a quien deuo tanto,

que, a poder dezir el quánto,

fuera poco.

TELLO.

Yo confiesso

que quedo deudor en esso.

PRIOR

Bien quadra cortés y santo.

TELLO.

A España parto mañana;

si me manda alguna cosa,

harela de buena gana.

CRUZ.

Tu jornada sea dichosa:

viento en popa y la mar llana.

Yo, mis pobres oraciones

a las celestes regiones

embiaré por tu camino,

puesto, señor, que imagino

que en rezio tiempo te pones

a nauegar.

TELLO.

La derrota

està de fuerça que siga

de la ya aprestada flota.

CRUZ.

Ni el vracan te persiga,

ni toques en la derrota

Bermuda, ni en la Florida,

de mil cuerpos omicida,

adonde, contra natura,

es el cuerpo sepultura

viua del cuerpo sin vida.

A Cadiz, como desseas,

llegues sano, y en San Lucar

desembarques tus preseas,

y, en virtudes hecho vn Fucar,

presto en Seuilla te veas,

donde a mi padre diras

lo que quisieres, y haras

por el lo que mereciere.

TELLO.

Hare lo que me pidiere,

y si es poco, hare yo mas.

Y aora, por paga, pido

de aquella buena intencion

que en su criança he tenido,

padre, que su bendicion

me dexe aqui enriquecido

de esperanças, con que pueda

esperar que me suceda

el viage tan a cuento,

que sople propicio el viento,

y la fortuna esté queda.

CRUZ.

La de Dios encierre en esta

tanta ventura, que sea

la jornada alegre y presta,

sin que en tormenta se vea,

ni en la calma que molesta.

F. ANTONIA

Si viere alla a la persona...

TELLO.

¿De quien?

F. ANTONIA

De la Salmerona,

encaxele vn besapies

de mi parte, y dos o tres

buçes, a modo de mona.

PRIOR

Fray Antonio, ¿cómo es esto?

¿Cómo delante de mi

se muestra tan descompuesto?

F. ANTONIA

Ocurrioseme esto aqui,

y vase el señor tan presto,

que temi que me faltara

lugar do le encomendara

estos y otros besamanos:

que poder ser cortesanos

los frayles, es cosa clara.

PRIOR

¡Calle, y a vernos despues!

TELLO.

Por cierto, que no merece

castigo por ser cortès.

PRIOR

Cierta enfermedad padece

en la lengua.

F. ANTONIA

Ello assi es;

pero nunca hablo cosa

que toque en escandalosa;

que hablo a la vizcaina.

PRIOR

Yo hablarè a la diciplina,

lengua breue y compendiosa.

TELLO.

Deme su paternidad

licencia, y aqueste enojo

no toque en riguridad.

F. ANTONIA

Si conociera al Patojo,

hizierame caridad

de saludalle tambien

de mi parte. Aunque me den

diciplina porque calle,

no puedo no encomendalle

aquello que me està bien.

PRIOR

Vuesa merced vaya en paz,

que a colera no me mueue

plática que da solaz,

y este, por moço, se atreue,

y el de suyo se es loquaz;

y sean estos abraços

muestra de los santos lazos

con que caridad nos liga.

 

(Abraça a los dos.)

[TELLO.]

Mi amor, padre Cruz, le obliga

a que apriete mas los braços,

y veisme que me enternezco.

CRUZ.

Dios te guie, señor mio,

que a su proteccion te ofrezco.

TELLO.

Que me dara yo confio,

por vos, mas bien que merezco.

(Vase TELLO.)

PRIOR

Venga, fray Antonio, venga.

CRUZ.

Dexele que se detenga

conmigo, padre, aqui vn poco.

[PRIOR]

En buen hora; y, si està loco,

haga cómo seso tenga.

(Vase el PRIOR.)

CRUZ.

¿Que es possible, fray Antonio,

que ha de caer en tal mengua,

que consienta que su lengua

se la gouierne el demonio?

Cierto que pone manzilla

ver que el demonio maldito

le trae las ollas de Egypto

en lo que dexó en Seuilla.

De las cosas ya passadas,

mal hechas, se ha de acordar,

no para se deleytar, 

sino para ser lloradas;

de aquella gente perdida

no deue acordarse mas,

ni del Compas, si ay compas

do se viue sin medida. 

Sólo de gracias a Dios,

que, por su santa clemencia,

nos dio de la penitencia

la estrecha tabla a los dos,

para que, de la tormenta

y naufragar casi cierto,

de la religion el puerto

tocassemos sin afrenta.

F. ANTONIA

Yo mirarè lo que hablo

de aqui adelante mas cuerdo,

pues conozco lo que pierdo,

y se lo que gana el diablo.

Rueguele, padre, al prior

que en su furia se mitigue,

y no al peso me castigue

de mi descuydado error.

CRUZ.

Vamos, que yo le dare

bastantissima disculpa

de su yerro, y por su culpa

y las mias rezarè.

(Entranse todos.)

(Sale vna dama llamada DOÑA ANA TREUIÑO, vn MEDICO y dos criados. Todo esto es verdad de la historia.)

MED.

Vuessa merced sepa cierto

que aquesta su enfermedad

es de muy ruin calidad;

hablo en ella como experto.

Mi oficio obliga a dezillo,

cause o no cause passion:

que, entre razon y razon,

pondra la Parca el cuchillo.

Hablando se ha de quedar

muerta; y aquesto le digo

como medico y amigo

que no la quiere engañar.

D.ª ANA.

Pues a mi no me parece

que estoy tan mala. ¿Que es esto?

¿Cómo me anuncia tan presto

la muerte?

MED.

El pulso me ofrece,

los ojos y la color,

esta verdad a la clara.

D.ª ANA.

En los ojos de mi cara

suele mirarse el amor.

MED.

Vuessa merced se confiesse,

y quedense aparte burlas.

CRI. 1.

Señor, si es que no te burlas,

rezio mandamiento es esse.

MED.

No me suelo yo burlar

en casos deste jaez.

D.ª ANA.

Podra su merce(d) esta vez,

si quisiere, perdonar,

que, ni quiero confessarme,

ni hazer cosa que me diga.

MED.

A mas mi oficio me obliga,

y a Dios.

D.ª ANA.

El querra ayudarme.

 

(Vase el MEDICO.)

Pesado medico y necio,

siempre cansa y amohina.

CRI. 2.

Crio Dios la medicina,

y hase de tener en precio.

D.ª ANA.

La medicina yo alabo;

pero los medicos no,

porque ninguno llegò

con lo que es la ciencia al cabo.

Algo fatigada estoy.

CRI. 1.

Procura desenfadarte,

esparcerte y alegrarte.

D.ª ANA.

Al campo pienso de yr oy.

Parece que estan templando

vna guitarra alli fuera.

CRI. 1.

¿Sera Ambrosio?

D.ª ANA.

Sea quienquiera,

escuchad, que va cantando.

(Cantan dentro:)

 

«Muerte y vida me dan pena;

no se que remedio escoja:

que, si la vida me enoja,

tampoco la muerte es buena.»

D.ª ANA.

Con todo, es mejor viuir:

que, en los casos desyguales,

el mayor mal de los males

se sabe que es el morir.

Calle el que canta, que atierra

oyr tratar de la muerte:

que no ay tesoro de suerte

en tal espacio de tierra.

La muerte y la mocedad

hazen dura compañia,

como la noche y el dia,

la salud y enfermedad,

y edad poca y maldad mucha,

y voz de muerte a deshora;

¡ay del alma pecadora

que impenitente la escucha!

CRI. 1.

No me contenta mi ama;

nunca la he visto peor:

fuego es ya, no es resplandor,

el que en su vista derrama.

(Entranse todos.)

(Sale el padre FRAY ANTONIO.)

  

F. ANTONIA

Mientras el frayle no llega

a ser sacerdote, passa

vida pobre, estrecha, escasa,

de quien a vezes reniega.

Tiene alla el predicador

sus deuotas y sus botas,

y el presentado echa gotas

y suda con el prior;

mas el nouicio y corista,

en el coro y en la escoba

sus apetitos adoba,

diziendo con el Salmista:

Et potum meum cum fletu miscebam.

Pero bien será callar,

pues se que muchos conuienen

en que las paredes tienen

oydos para escuchar.

La celda del padre Cruz

està abierta, ciertamente;

ver quiero este penitente,

que està a escuras y es de luz.

(Abre la celda; parece el PADRE CRUZ arrobado, hincado de rodillas, con vn cruzifijo en la mano.)

  

¡Mirad que postura aquella

del brauo rufian diuino,

y si hallarà camino

Satanas para rompella!

Arrobado està, y es cierto

que, en tanto que el està assi,

los sentidos tiene en si

tan muertos como de vn muerto.

 

(Suenan desde lexos guitarras y sonajas, y bozeria de regozijo. Todo esto desta mascara y vision fue verdad, que assi lo cuenta la historia del santo.)

  

Pero ¿que musica es esta?

¿Que guitarras y sonajas?

¿Pues los frayles se hazen raxas?

¿Mañana es alguna fiesta?

Aunque musica a tal hora,

no es decente en el conuento.

Miedo de escuchalla siento.

¡Valgame nuestra Señora!

(Suena mas cerca.)

  

¡Padre nuestro, despierte,

que se hunde el mundo todo

de musica! No hallo modo

bueno alguno con que acierte.

La musica no es diuina,

porque, segun voy notando,

al modo vienen cantando

rufo y de xacarandina.

(Entran a este instante seis con sus mascaras, vestidos como ninfas lasciuamente, y los que han de cantar y tañer, con mascaras de demonios vestidos a lo antiguo, y hazen su dança. Todo esto fue assi, que no es vision supuesta, apocrifa ni mentirosa.)

Cantan:

«No ay cosa que sea gustosa,

sin Venus blanda amorosa.

No ay comida que assi agrade,

ni que sea tan sabrosa,

como la que guisa Venus,

en todos gustos curiosa.

Ella el verde amargo jugo

de la amarga hiel sazona,

y de los mas tristes tiempos

buelue muy dulces las horas;

quien con ella trata, rie,

y quien no la trata, llora.

Passa qual sombra en la vida,

sin dexar de si memoria,

ni se eterniza en los hijos,

y es como el arbol sin hojas,

sin flor ni fruto, que el suelo

con ninguna cosa adorna.

Y por esto, en quanto el sol

ciñe y el ancho mar moja,

no ay cosa que sea gustosa

sin Venus blanda amorosa.»

(El PADRE CRUZ, sin abrir los ojos, dize:)

CRUZ.

No ay cosa que sea gustosa,

sin la dura cruz preciosa.

Si por esta senda estrecha

que la cruz señala y forma

no pone el pie el que camina

a la patria venturosa,

quando menos lo pensare,

de improuiso y a deshora,

cayra de vn despeñadero

del abismo en las mazmorras.

Torpeza y honestidad

nunca las manos se toman,

ni pueden caminar juntas

por esta senda fragosa.

Y yo [se] que en todo el cielo,

ni en la tierra, aunque espaciosa,

no ay cosa que sea gustosa

sin la dura cruz preciosa.

MUS.

«¡Dulzes dias, dulzes ratos

los que en Seuilla se gozan,

y dulzes comodidades

de aquella ciudad famosa,

do la libertad campea,

y en sucinta y amorosa

manera Venus camina

y a todos se ofrece toda,

y risueño el amor canta

con mil passages de gloria:

"No ay cosa que sea gustosa,

sin Venus blanda amorosa!"»

CRUZ

Vade retro, Sa[ta]nas,

que para mi gusto aora

no ay cosa que sea gustosa

sin la dura cruz preciosa.

(Vanse los demonios gritando.)

F. ANTONIA

Hazerme quiero mil cruzes;

he visto lo que aun no creo.

Afuera el temor, pues veo

que viene gente con luzes.

CRUZ.

¿Que haze aqui, fray Antonio?

F. ANTONIA

Estaua mirando atento

vna dança de quien siento

que la guiaua el demonio.

CRUZ.

Deuia de estar durmiendo,

y soñaua.

F. ANTONIA

No, a fe mia;

padre Cruz, yo no dormia.

 

(Entran a este punto dos ciudadanos con sus lanternas, y el PRIOR.)

  

CIUDADANO 1.

Señor, como voy diziendo,

pone gran lastima oylla:

que no ay razon de prouecho

para enternecerle el pecho

ni de su error diuertilla;

y pues auemos venido

a tal hora a este conuento

por remedio, es argumento

que es el daño muy crecido.

PRIOR

Que diga que Dios no puede

perdonalla, caso estraño;

es esse el mayor engaño

que al pecador le sucede.

Fray Christoual de la Cruz

està en pie; quiça adiuino

que ha de hazer este camino,

y en el dar a este alma luz.

Padre, su paternidad

con estos señores vaya,

y quanto pueda la raya

suba de su caridad,

que anda muy listo el demonio

con vn alma pecadora.

Vaya con el padre.

F. ANTONIA

¿Aora?

PRIOR

No replique, fray Antonio.

F. ANTONIA

Vamos, que a mi se me alcança

poco o nada, o me imagino

que he de ver en el camino

la no fantastica dança

de denantes.

CRUZ.

Calle vn poco,

si puede.

CIUDADANO 2.

Señor, tardamos,

y serà bien que nos vamos.

F. ANTONIA

Todos me tienen por loco

en aqueste monesterio.

CRUZ.

No hable entre dientes; camine,

y essas danças no imagine

que carecen de misterio.

PRIOR

Vaya con Dios, padre mio.

CIUDADANO 1.

Con el vamos muy contentos.

CRUZ.

¡Fauorezca mis intentos

Dios, de quien siempre confio!

(Sale vn CLERIGO y DOÑA ANA DE TREUIÑO y acompañamiento.)

  

CLE.

Si assi la cama la cansa,

puede salir a esta sala.

D.ª ANA.

Qualquiera parte halla mala

la que en ninguna descansa.

CLE.

Lleguen essas sillas.

D.ª ANA.

Cierto

que me tiene su porfia,

padre, elada, yerta y fria,

y que ella sola me ha muerto.

No me canse ni se canse

en persuadirme otra cosa,

que no soy tan amorosa

que con lagrimas me amanse.

¡No ay misericordia alguna

que me valga en suelo o cielo!

CLE.

Toda la verdad del cielo

a tu mentira repugna.

En Dios no ay menoridad

de poder, y, si la huuiera,

su menor parte pudiera

curar la mayor maldad.

Es Dios vn bien infinito,

y, a respeto de quien es,

quanto imaginas y ves,

viene a ser punto finito.

D.ª ANA.

Los atributos de Dios

son iguales; no os entiendo,

ni de entenderos pretendo.

Mataisme, y cansaisos vos.

¡Bien fuera que Dios aora,

sin que en nada reparara,

sin mas ni mas, perdonara

a tan grande pecadora!

No haze cosa mal hecha,

y assi, no ha de hazer aquesta.

CLE.

¿Ay locura como esta?

D.ª ANA.

No griteis, que no aprouecha.

(Entran a este instante el PADRE CRUZ y FRAY ANTONIO, y ponese el padre a escuchar lo que està diziendo el clerigo, el qual prosigue diziendo:)

CLE.

Pues nacio para saluarme

Dios, y en cruz murio enclauado,

perdonará mi pecado,

si està en menos perdonarme.

De su parte has de esperar,

que de la tuya no esperes

el gran perdon que no quieres,

que el se estrema en perdonar.

Deus cui proprium est misereri semper,

& parcere, & misericordia eius super omnia opera eius

Y el rey diuino cantor,

las alabanças que escuchas

despues que ha dicho, otras muchas

dize de aqueste tenor:

Misericordias tuas, Domine, in æternum cantabo.

La mayor ofensa hazes

a Dios que puedes hazer:

que, en no esperar y temer,

parece que le deshazes,

pues vas contra el atributo

que el tiene de omnipotente,

pecado el mas insolente,

mas sin razon y mas bruto.

En dos pecados se ha visto

que Iudas quiso estremarse,

y fue el mayor ahorcarse

que el auer vendido a Christo.

Hazesle agrauio, señora,

grande en no esperar en el,

porque es paloma sin hiel

con quien su pecado llora.

Cor contritum & humiliatum, Deus, non despicies.

El coraçon humillado,

Dios por jamas le desprecia;

antes, en tanto le precia,

que es fee y caso aueriguado

que [se] regozija el cielo

quando con nueua conciencia

se buelue a hazer penitencia

vn pecador en el suelo.

El padre Cruz està aqui;

buen sucesso en todo espero.

CRUZ

Prosiga, padre, que quiero

estarle atento.

D.ª ANA.

¡Ay de mi,

que otro moledor acude

a acrecentar mi tormento!

¡Pues no ha de mudar mi intento

aunque mas trabaje y sude!

¿Que me quereis, padre, vos,

que tan hinchado os llegais?

¡Bien parece que ignorais

como para mi no ay Dios!

No ay Dios, digo, y mi malicia

haze, con mortal discordia,

que esconda misericordia

el rostro, y no la justicia.

CRUZ.

Dixit insipiens in corde suo: non est Deus.

Vuestra humildad, señor, sea

seruida de encomendarme

a Dios, que quiero mostrarme

sucessor en su pelea.

 

(Hincanse de rodillas el CLERIGO, FRAY ANTONIO y el PADRE CRUZ, y los circustantes todos.)

¡Dichosa del cielo puerta,

que leuantò la cayda

y resucitò la vida

de nuestra esperança muerta!

¡Pide a tu parto dichoso

que ablande aqui estas entrañas,

y muestre aqui las hazañas

de su coraçon piadoso!

Et docebo iniquos vias tuas, & impij ad te conuertentur.

Mi señora doña Ana de Treuiño,

estando ya tan cerca la partida

del otro mundo, pobre es el aliño

que veo en esta amarga despedida.

Blancas las almas como blanco armiño

han de entrar en la patria de la vida,

que ha de durar por infinitos siglos,

y negras donde habitan los vestiglos.

Mirad dónde quereis vuestra alma vaya;

escogedle la patria a vuestro gusto.

D.ª ANA.

La justicia de Dios me tiene a raya;

no me ha de perdonar, por ser tan justo;

al malo la justicia le desmaya;

no habita la esperança en el injusto

pecho del pecador, ni es bien que habite.

CRUZ.

Tal error de tu pecho Dios le quite.

En la hora que la muerte

a la pobre vida alcança,

se ha de asir de la esperança

el alma que en ello aduierte;

que, en término tan estrecho

y de tan fuerte rigor,

no es possible que el temor

sea al alma de prouecho.

El esperar y el temer

en la vida han de andar juntos;

pero en la muerte otros puntos

han de guardar y tener.

El que, en el palenque puesto,

teme a su contrario, yerra,

y està el que animoso cierra

a la vitoria dispuesto.

En el campo estais, señora;

la guerra serà esta tarde;

mirad que no os acobarde

el enemigo en tal hora.

D.ª ANA.

Sin armas, ¿cómo he de entrar

en el trance riguroso,

siendo el contrario mañoso

y duro de contrastar?

CRUZ.

Confiad en el padrino

y en el juez, que es mi Dios.

D.ª ANA.

Parece que dais los dos

en vn mismo desatino.

Dexadme, que, en conclusion,

tengo el alma de manera,

que no quiero, aunque Dios quiera,

gozar de indulto y perdon.

¡Ay, que se me arranca el alma!

¡Desesperada me muero!

CRUZ

Demonio, en Iesus espero

que no has de lleuar la palma

desta empresa. ¡O Virgen pura!

¿Cómo vuestro auxilio tarda?

¡Angel bueno de su guarda,

ved que el malo se apressura!

Padre mio, no desista

de la oracion, reze mas,

que es arma que a Satanas

le vence en qualquier conquista.

F. ANTONIA

Cuerpo ayuno y desuelado

facilmente se empereza,

y, mas que reza, bosteza,

indeuoto y desmayado.

D.ª ANA.

¡Que tan sin obras se halle

mi alma!

CRUZ.

Si fee recobras,

yo hare que te sobren obras.

D.ª ANA.

¿Hallanse, a dicha, en la calle?

Y la[s] que he hecho hasta aqui,

¿han sido sino de muerte?

CRUZ.

Escucha vn poco, y aduierte

lo que aora dire.

D.ª ANA.

Di.

CRUZ.

Vn religioso que ha estado

gran tiempo en su religion,

y con limpio coraçon

siempre su regla ha guardado,

haziendo tal penitencia,

que mil vezes el prior

le manda tiemple el rigor

en virtud de la obediencia;

y el, con ayunos continuos,

con oracion y humildad,

busca de riguridad

los mas asperos caminos:

e[l] duro suelo es su cama,

sus lagrimas su beuida,

y sazona su comida

de Dios la amorosa llama;

vn canto aplica a su pecho

con golpes, de tal manera,

que, aunque de diamante fuera,

le tuuiera ya deshecho;

por huyr del torpe vicio

de la carne y su regalo,

su camisa, aunque esté malo,

es de vn aspero silicio;

descalço siempre los pies,

de toda malicia ageno,

amando a Dios por ser bueno,

sin mirar otro interes.

D.ª ANA.

¿Que quieres desso inferir,

padre?

CRUZ.

Que digais, señora,

si este tal podra, en la hora

angustiada del morir,

tener alguna esperança

de saluarse.

D.ª ANA.

¿Por que no?

¡Oxala tuuiera yo

la menor parte que alcança

de tales obras tal padre!

Pero no tengo ni aun vna

que en esta angustia importuna

a mis esperanças quadre.

CRUZ.

Yo os dare todas las mias,

y tomarè el graue cargo

de las vuestras a mi cargo.

D.ª ANA.

Padre, dime: ¿desuarias?

¿Cómo se puede hazer esso?

CRUZ.

Si te quieres confessar,

los montes puede allanar

de caridad el excesso.

Pon tu el arrepentimiento

de tu parte, y verás luego

cómo en tus obras me entrego,

y tu en aquellos que cuento.

D.ª ANA.

¿Dónde estan los fiadores

que asseguren el concierto?

CRUZ.

Yo estoy bien seguro y cierto

que nadie los dio mejores,

ni tan grandes, ni tan buenos,

ni tan ricos, ni tan llanos,

puesto que son soberanos,

y de inmensa alteza llenos.

D.ª ANA.

¿A quien me dais?

CRUZ.

A la pura,

sacrosanta, rica y bella,

que fue Madre y fue donzella,

crisol de nuestra ventura.

A Christo cruzificado

os doy por fiador tambien;

doyosle niño en Belen,

perdido y despues hallado.

D.ª ANA.

Los fiadores me contentan;

los testigos, ¿quien seran?

CRUZ.

Quantos en el cielo estan

y en sus escaños se sientan.

D.ª ANA.

El contrato referid,

porque yo quede enterada

de la merced señalada

que me hazeis.

CRUZ.

Cielos, oid.

Yo, fray Christoual de la Cruz, indigno

religioso, y professo en la sagrada

orden del patriarca felicissimo

Domingo santo, en esta forma digo:

Que al alma de doña Ana de Treuiño,

que està presente, doy de buena gana

todas las buenas obras que yo he hecho

en caridad y en gracia desde el punto

que dexè la carrera de la muerte

y entrè en la de la vida; doyle todos

mis ayunos, mis lagrimas y açotes,

y el merito santissimo de quantas

missas he dicho, y assimismo doyle

mis oraciones todas y desseos,

que han tenido a mi Dios siempre por blanco;

y, en contracambio, tomo sus pecados,

por inormes que sean, y me obligo

de dar la cuenta dellos en el alto

y eterno tribunal de Dios eterno,

y pagar los alcances y las penas

que merecieren sus pecados todos.

Mas es la condicion deste concierto,

que ella primero de su parte ponga

la confession y el arrepentimiento.

F. ANTONIA

¡Caso jamas oydo es este, padre!

CLE.

Y caridad jamas imaginada.

CRUZ.

Y para que me crea y se assegure,

le doy por fiadores a la Virgen

santissima Maria y a su Hijo,

y a las onze mil virgines benditas,

que son mis valedoras y abogadas;

y a la tierra y el cielo hago testigos,

y a todos los presentes que me escuchan.

Moradores del cielo, no se os passe

esta ocasion, pues que podeys en ella

mostrar la caridad vuestra encendida;

pedid al gran Pastor de los rebaños

del cielo y de la tierra que no dexe

que lleue Satanas esta ouejuela,

que el almagrò con su preciosa sangre.

¿Señora, no aceptays este concierto?

D.ª ANA.

Si acepto, padre, y pido arrepentida

confession, que me muero.

CLE.

¡Obras son estas,

gran Señor, de las tuyas!

F. ANTONIA

¡Bueno queda

el padre Cruz aora, hecha arista

el alma, seca y sola como esparrago!

Pareceme que buelue al Sicut erat,

y que dexa el Breuiario, y se acomoda

con el barcelones y la de ganchos.

Siempre fue liberal, o malo, o bueno.

D.ª ANA.

Padre, no me dilate este remedio;

oyga las culpas que a su cargo quedan,

que, si no le desmayan por ser tantas,

yo morire segura y confiada

que he de alcançar perdon de todas ellas.

CRUZ.

Padre, vaya al conuento, y de esta nueua

a nuestro padre, y rueguele que haga

general oracion, dando las gracias

a Dios deste sucesso milagroso,

en tanto que a esta nueua penitente

oygo de confession.

F. ANTONIA

A mi me plaze.

CRUZ.

Vamos do estemos solos.

D.ª ANA.

En buen hora.

CLE.

¡O bienauenturada pecadora!

 

FIN DEL ACTO SEGUNDO

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