Notas

Ático es el principal corresponsal de Cicerón y, además, el editor de toda su obra. La tradición griega habla de siete sabios, siete (parecer ser) históricos personajes que tuvieron una notable influencia sobre la Grecia arcaica con sus teorías, propuestas e, incluso, legislaciones. Se refiere a Sócrates, que fue designado como sabio, según cuenta la tradición, por el propio oráculo de Delfos por afirmar que solamente sabía que no sabía nada. Lo cierto es que esta misma valoración superior de Catón en virtud de sus actos y no tanto de sus palabras concuerda muy bien con lo que el propio Catón pensaba, a juzgar por una de las máximas más conocidas que legó a la posteridad: Verba movent, exempla trahunt (Las palabras conmueven, los modelos arrastran) Escipión (Emiliano) el africano (185 - 129), nieto a través de una adopción de Escipión el africano, vencedor contra Aníbal, encabezó los asedios contra Cartago en la tercera guerra púnica y contra Numancia en las guerras hispánicas. Escipión murió de una manera un tanto extraña durante los debates por las leyes agrarias. Cicerón, que suele adoptar una visión bastante afín a la aristocracia romana, aquí expone que su oposición frontal a las leyes agrarias le hizo admirado, pero sin duda también le ganó muchísimos enemigos. Es decir, sin que Minerva, diosa entre otras cosas de la inteligencia y los estudios, preste mucha atención al tema, o sea, con rudeza o una cierta ingenuidad. Cicerón aquí recoge la idea tradicional griega de que un sabio tiene todo cuanto necesita en su cabeza, que tambien se encuentra, por ejemplo, en Séneca. La primera toga que vestían los niños nacidos de padres libres, antes de vestir la toga pura propia de los hombres libres adultos. Solía empezar a vestirse hacia los 14 años y se cambiaba por la otra hacia los 18 años. También, coincidentemente, era la toga vestida por los altos cargos políticos. Coriolano, general romano exiliado de su patria por el pueblo por defender posiciones políticas muy aristocráticas, se refugió entre los volscos, pueblo vecino de Roma, y encabezó su ejército contra Roma a la que derrotó contundentemente, si bien cuando llegó a las puertas de Roma los ruegos de su madre y hermanas lo disuadieron de proseguir. Por supuesto, siempre podemos pensar que el personaje es pura leyenda y que quizá se inventó para demostrar a) qué podía pasar si la plebe se comportaba mal y/o b) que los romanos habían sido derrotados solamente porque un romano dirigía a los enemigos. La ley gabinia introdujo el voto secreto como procedimiento de voto. La ley casia paralelamente también aplicó el procedimiento de voto secreto en los juicios. La conocida máxima “Amicus certus in re incerta cernitur” Tanto Lelio como Q. Pompeyo se presentaban como candidatos al consulado pero, para evitar disensiones internas, ambos pactaron retirarse del concurso. Sin embargo, cuando Lelio anunció que se retiraba, Q. Pompeyo incumplió su parte del trato y consiguió llegar a cónsul. Q. Metelo —augur también, por eso Lelio lo llama “colega”—, se oponía a las reformas políticas que Escipión intentaba introducir en Roma. La manera tradicional de elegir a los sacerdotes romanos era mediante la cooptación, es decir, la sustitución de las vacantes por candidatos elegidos por el propio colegio de sacerdotes. Y teniendo en cuenta la importancia de la religión en la política y su práctica restricción a las familias aristocráticas de rancio abolengo, resultaba un nicho de poder al cual no iban a renunciar fácilmente. Se está refiriendo, obviamente, al Miles Gloriosus (‘El soldado fanfarrón’) de Plauto, pero la cita es de otra obra de Terencio, El eunuco.

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