A LUISA.

El cielo con sus dones te engalana,

Lisonjas te prodigan los cantores,

Te brinda la riqueza sus favores,

Y vives, niña, de tu suerte ufana.

Altiva como egregia soberana

El mundo cruzas desdeñando amores,

Y pasas como pasa entre las flores

La brisa juguetona en la mañana.

Mas ay! ignoras que la dicha dura

Lo que el aroma de la flor que luce

En el prado sus galas y hermosura.

Y en medio al esplendor que te seduce

Olvidas por tu mal la desventura

A que la loca vanidad conduce.