LA CAZA

¡Cuán alegre y feliz sobre la rama

De roble erguido que respeta el viento,

Gozosa lanza su amoroso acento

Canora el ave que á su dueño llama!

En tanto fiero el hombre que proclama

Ser rey del Universo, y es portento

De bondad y saber y sentimiento,

A quien la sacra inspiración inflama,

Siente envidia tal vez de un sér dichoso,

Su trino placentero le lastima

Y le recuerda de su amor la suerte.

Prepara el arma, y luego, cauteloso,

Oculto entre las hojas, se aproxima

Y al ave encantadora da la muerte.

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