El abeto y el espino

Disputaban entre sí el abeto y el espino. Se jactaba el abeto diciendo:

—Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir las naves y los techos de los templos. ¿Cómo tienes la osadía de compararte a mí?

—¡Si recordaras —replicó el espino— las hachas y las sierras que te cortan, preferirías la suerte del espino!

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