Un perro de caza se encontró con un león y partió en su persecución.
Pero el león se volvió rugiendo, y el perro, todo atemorizado, retrocedió rápidamente por el mismo camino. Le vio una zorra y le dijo:
— ¡Perro infeliz! ¡Primero perseguías al león y ya ni siquiera soportas sus rugidos!