El pescador y el pececillo

Un pescador, después de lanzar al mar su red, sólo cogió un pececillo. Suplicó éste al pescador que le dejara por el momento en gracia de su pequeñez.

— Cuando sea mayor, podrás pescarme de nuevo, y entonces seré para tí de más provecho, —terminó el pececillo.

— ¡Hombre, —replicó el pescador—, bien tonto sería soltando la presa que tengo en la mano para contar con la presa futura, por grande que sea!

Share on Twitter Share on Facebook