Para celebrar sus bodas, Zeus invitó a todos los animales. Sólo faltó la tortuga.
Intrigado por su ausencia, le preguntó al día siguiente:
— ¿Cómo solamente tú entre todos los animales no viniste a mi festín?
—¡Hogar familiar, hogar ideal!—respondió la tortuga.
Zeus, indignado contra ella, la condenó a llevar eternamente la casa a cuestas.