En la amplia cocina, la lumbre

En la amplia cocina, la lumbre

pinta todas las cosas de oro.

—¡Ay qué triste es el cuento, abuelito!

—Abuelito, ¿cómo iba vestida

esa del cuento

hermosa madrina?

—Con el manto

del dolor tan solo,

que es un manto muy negro y muy feo.

Nochebuena templada en las casas

y en la calle.

Nochebuena vestida de hielo

al amor de la lumbre

y escuchando la voz del abuelo.

Por la calle del pueblo un gañán

va cantando al Jesús que ha nacido:

¡Pastores venid

pastores llegad

y adorad al niño

que ha nacido ya.

—En mis tiempos yo vi en esta noche

una estrella volar hacia el cielo.

—Cuenta, cuenta, abuelito, esa historia

que queremos saber el secreto…

Y en la plata sin brillo del viejo

pone risa un niño travieso:

—Para qué, hijos mios queridos…

…  … .

Hijos mios, no queráis saber

lo que sólo Dios y yo sabemos.

—Anda, dinos cómo se llamaba

esa estrella que voló hacia el cielo.

—Se llamaba Piedad de los Pobres,

luminosa como vuestra niñez.

Y la voz del mancebo resuena

alegrando la estrecha calleja:

Jesusito del alma,

niño querido que… al hombre

labios…

Que esta noche nace el Cristo

en el portal de Belén.



1921