Canción

Y yo te daba besos

sin darme cuenta

de que no te decía:

¡Oh labios de cereza!

¡Qué gran romántica

eras!

Bebías vinagre a escondidas

de la abuela.

Te pusiste como una

celinda de primavera.

Y yo estaba enamorado

de otra. ¿No ves qué pena?

De otra que estaba escribiendo

un nombre sobre la arena.

***FIN***

 

Share on Twitter Share on Facebook