Los ojos

En los ojos se abren

infinitos senderos.

Son de encrucijadas

de la sombra.

La muerte llega siempre

de esos campos ocultos.

(Jardinera que troncha

las flores de las lágrimas.)

Las pupilas no tienen

horizontes.

Nos perdemos en ellas

como en la selva virgen.

Al castillo de irás

y no volverás

se va por el camino

que comienza en el iris.

¡Muchacho sin amor,

Dios te libre de la yedra roja!

Guárdate del viajero,

Elenita que bordas

corbatas!

Share on Twitter Share on Facebook