Verdad es, añadían, que antes de estos hombres, los dioses eran quienes reinaban en Egipto, morando y conversando entre los mortales, y teniendo siempre uno de ellos imperio soberano. El último dios que reinó allí fue Oro, hijo de Osiris, llamado por los griegos Apolo, quien terminó su reino después de haber acabado con el de Tifon. A Osiris le llamamos en griego Dioniso, esto es, el libre.