CXXII

Referían todavía de este mismo rey que, habiendo bajado vivo al lugar donde creen los griegos que vivo Plutón, rey del infierno, jugó a los dados con la diosa Céres, ganándole unas manos y perdiendo otras, y volvió a salir de allí con una servilleta de oro que la diosa le regaló. De aquí procede, según decían, que los egipcios solemnicen como festivo todo el tiempo que trascurrió desde la bajada hasta la subida de Rampsinito. No ignoro que aun al presente celebran una fiesta semejante; mas no puedo afirmar si por este o por otro motivo la celebraban. En ella los sacerdotes visten a uno de los suyos con un vestido tejido aquel mismo día por sus manos mismas, véndanle y cúbrenle los ojos con una mitra, y después de colocarlo así en el camino que van al templo de Céres, déjanle solo y se vuelven atrás. Cuentan después que aparecen allí dos lobos que, saliendo a recibir al de los ojos vendados, le conducen al templo de Céres, distante 20 estadios de la ciudad, y le restituyen luego al puesto en que antes le hallaron.

Share on Twitter Share on Facebook