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Esto fue lo que oí en Tebas de boca de los sacerdotes; he aquí lo que dicen sobre el mismo caso las Promántidas Dodoneas. Escapáronse por los aires desde Tebas de Egipto dos palomas negras, de las cuales la una llegó a la Libia y la otra a Dodoria, y posada esta última en una haya, les dijo, en voz humana, ser cosa precisa y prevenida por los hados que existiese un oráculo de Júpiter en aquel sitio; y persuadidos los Dodoneos de que por el mismo cielo se les intimaba aquella orden, se resolvieron desde el instante a cumplirla. De la otra paloma que aportó a Libia, cuentan que ordenó establecer allí el oráculo de Amon, erigiendo por esto los Libios a Júpiter un oráculo semejante al de Dodona. Tal era la opinión que, en conformidad con los misterios de aquel templo, profesaban las tres sacerdotisas Dodoneas, la más anciana de las cuales se llamaba Promenia, la segunda Timareta y Nicandra la menor.

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