Allí un ciudadano ilustre entre los Tereos, llamado Polimnesto, tomó a Frónima por concubina, y de ella tuvo a su tiempo un hijo de voz trabada y balbuciente, a quien se la dio el nombre de Bato, según dicen los Cireneos, a lo que imagino se le daría algún otro nombre, pues no fue llamado Bato sino después de haber ido a la Libia; nombre que se le dio, así por causa del oráculo que en Delfos se le profirió, como por la dignidad honrosa que después tuvo, acostumbrando los Libios dar al rey el nombre de Bato. Este creo fue el motivo por que la Pitia en su oráculo le dio tal nombre, como que entendía la lengua líbica, y sabía que él vendría a ser rey en Libia; pues es cierto que él, llegado a la mayor edad, había ya ido a Delfos a consultar el oráculo sobre el defecto de su lengua, y que a su consulta había respondido así la Pitia:
Te trajo, oh Bato, aquí tu voz trabada;
a poblar en la Libia, madre de reses,
Apolo manda que de jefe vayas.
A este oráculo repitió el consultante: —«Mi amo y señor, acá vine para pediros remedio de mi voz trabada y defectuosa, y vos me dais oráculos diferentes para mí imposibles, ordenándome que funde ciudades en la Libia. ¿Qué medios y qué poder tengo yo para ello?» Por más que así representó, no pudo lograr otra respuesta del oráculo; y viendo Bato que se le inculcaba siempre lo mismo que antes, dejando sus cosas en tal estado, regresó a Tera.