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Las leyes y usos de los neuros son como los de los escitas. Una edad o generación antes que Darío emprendiese aquella jornada, sobrevino tal plaga o inundación de sierpes, que se vieron forzados a dejar toda la región; muchas de ellas las crió el mismo terreno, pero muchas más fueron las que bajaron hacia él de los desiertos comarcanos, y hasta tal punto les incomodaron, que huyendo de su tierra pasaron a vivir con los budinos. Es mucho de temer que toda aquella caterva de neuros sean magos completos, si estamos a lo que pos cuentan tanto los escitas como los griegos establecidos en la Escitia, pues dicen que ninguno hay de los neuros que una vez al año no se convierta en lobo por unos pocos días, volviendo después a su primera figura. ¿Qué haré yo a los que tal cuentan? Yo no les creo de todo ello una palabra, pero ellos dicen y aun juran lo que dicen.

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