Partió, Darío de aquel campo, dio con otro río que lleva el nombre de Artisco, y corre por el país de las Odrisas. Junto a aquel río, habiendo señalado cierto lugar, se le antojó dar orden a sus tropas de que al pasar dejase cada cual su piedra en aquel mismo sitio, y habiéndolo cumplido todos, continuó marchando con su gente, dejando allí grandes montones de piedra.