Al pasar el río Panticapes, la tierra que cae al Oriente de dichos escitas labradores está ocupada ya por otros escitas nómadas que como pastores nada siembran ni cultivan. La tierra que habitan está del todo rasa sin árbol alguno, excepto la región Hilea, y se extiende hacia Levante catorce días de camino, llegando hasta el río Gerro.