LI

Acordaron, pues, en la consulta aquellos comandantes que lo mejor sería, en caso de que Mardonio difiriera para otro día la acción, pasar a una isla distante del Asopo y de la fuente Gargafia donde entonces acampaban, la cual isla viene a caer delante de la ciudad misma de Platea. Esta isla forma en tierra firme aquel río que al bajar del Citerón hacia la llanura se divide en dos brazos, distantes entre sí cosa de tres estadios, volviendo después a unirlos en un cauce y en una corriente sola: pretenden los del país que dicha Oeroe, pues así llaman a la isla, sea hija del Asopo. A este lugar resolvieron, pues, los caudillos trasplantar su campo, así con la mira de tener agua en abundancia, como de no verse infestados de la caballería enemiga del modo que se veían cuando la tenían enfrente. Determinaron asimismo que sería preciso partir del campo en la segunda vigilia, para impedir que viéndoles salir la caballería no les picase la retaguardia. Parecióles, por último, que aquella misma noche, llegados apenas al paraje que con su doble corriente encierra y ciñe la Oeroe Asópida bajando del Citerón, destacasen al punto hacia este monte la mitad de la tropa, para recibir y escoltar a los criados que habían ido por víveres y se hallaban cortados en aquellas eminencias sin paso para el ejército.

Share on Twitter Share on Facebook