LXVII

Volviendo a los griegos del partido del bárbaro, aunque los más sólo peleaban por mera ficción, los beocios por bastante tiempo se empeñaron muy de veras en la acción emprendida con los de Atenas, y los tebanos especialmente, siendo medos de corazón, tomábanlo muy a pechos, no peleando descuidada y flojamente, sino con tanto brío y ardor, que 300 de los más principales y esforzados quedaron allí muertos por los atenienses. Pero los demás, rotos al cabo y destrozados, entregáronse a la fuga, no hacia donde huían tanto los persas como las otras brigadas de su ejército que ni habían tomado parte en la batalla ni hecho en ella acción de importancia, sino en derechura hacia la plaza de Tebas.

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