Como los griegos no presentasen la batalla bajando a la llanura, envió Mardonio contra ellos toda la caballería, con su jefe Masistio, a quien suelen llamar Macisio los griegos, guerrero de mucho crédito entre los persas, que venía montado sobre su caballo Niseo, a cuyo freno y brida de oro correspondía en belleza y valor todo lo demás de las guarniciones. Formados, pues, los persas en sus respectivos escuadrones, embistiendo con su caballería a los griegos, a más de incomodarles mucho con sus tiros, les afrentaban de palabra llamándoles mujeres.