I

Tal fue el fin que tuvo Aristágoras, el que había sublevado la Jonia. Durante estos sucesos había ya vuelto a Sardes, conseguida licencia de Darío, Histieo, señor de Mileto, a quien apenas acabado de llegar de Susa preguntó Artafernes, virrey de Sardes, qué le parecía aquella rebelión y cuál habría sido el motivo de ella. Fingiendo Histieo que nada sabía, y maravillándose del estado presente de las cosas, respondióle que todo le cogía de nuevo. Pero bien enterado Artafernes del principio y trama del levantamiento, y viendo la malicia y disimulo con que respondía aquel: —«Histieo, le replicó, esos zapatos que se calzó Aristágoras, se los cortó y cosió Histieo,» —aludiendo en esto y zahiriendo al primer móvil de aquella revolución.

Share on Twitter Share on Facebook