CCV

Como tuviese dos hermanos mayores, el uno Cleomenes y el otro Dorieo, bien lejos estaba de pensar que pudiese recaer el cetro en sus manos. Pero habiendo muerto Cleomenes sin hijo varón y no sobreviviéndole ya Dorieo, que había acabado sus días en Sicilia, vino la corona por estos accidentes a sentarse rodando en las sienes de Leonidas, siendo mayor que su hermano Cleombroto, el menor de los hijos de Anaxandrides, y estando mayormente casado con una hija que había dejado el rey Cleomenes. Entonces, pues, se fue a Termópilas el rey Leonidas, habiendo escogido en Esparta 300 hombres de edad varonil y militar que ya tenían hijos. Con ellos había juntado el número de tebanos que llevo dicho, a cuyo frente iba por comandante nacional Leonciades, hijo de Eurimaco. El motivo que había determinado a Leonidas a que procurase llevar consigo a los tebanos con tanta particularidad, fue la mala fama que de ellos, como de partidarios del medo corría muy válida. Bajo este supuesto les convidó a la guerra, para ver si concurrían a ella con los demás, o si manifiestamente se apartaban de la alianza de los otros griegos. Enviaron los tebanos sus soldados, si bien seguían aquel partido con ánimo discordante.

Share on Twitter Share on Facebook