Después de estos sacrificios y otros muchos hechizos con que pretendían encantar al río, pasando por el lugar llamado Enea Odi (los Nueve Caminos) de los Edonos, marcharon hacia los puentes que hallaron ya construidos sobre el Estrimón. Oyendo qué aquél lugar se llamaba los Nueve Caminos, enterraron vivos allí mismo nueve mancebos y nueve doncellas del país. Costumbre de los persas es enterrar a los vivos, pues oigo decir que Amestris, esposa de Jerjes, siendo ya de edad, sepultó vivos catorce hijos de los persas más ilustres, víctimas que sustituía en su lugar para aplacar a la divinidad que dicen existir debajo de tierra.