CXVII

Estaba Jerjes en Acanto cuando de resultas de una enfermedad acabó allí sus días Artaqueo, oficial prefecto del canal, muy valido en la corte de Jerjes y en la casa de los Aqueménidas. Era en su estatura el mayor de los persas, teniendo cinco codos regios de alto menos cuatro dedos: nadie le ganaba en lo sonoro y robusto de la voz. Mostró Jerjes gran sentimiento de su muerte, y le honró con suntuosas exequias, haciendo que todo el ejército le ofreciese dones sobre el sepulcro. Hácenle los Acantios los sacrificios debidos a un héroe conforme cierto oráculo, y en ellos le invocan por su mismo nombre. En una palabra, reputaba Jerjes por gran pérdida aquella muerte.

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