XIX

Empeñado ya Jerjes en aquella jornada, tuvo entre sueños una tercera visión, de la cual informados los magos resolvieron que comprendía aquella a la tierra entera, de suerte que todas las naciones deberían caer bajo el dominio de Jerjes. Era esta la visión: soñábase Jerjes coronado con un tallo de olivo, del cual salían unas ramas que se extendían por toda la tierra, si bien después se le desaparecía la corona que le ceñía la cabeza. Después que los magos y los persas congregados aprobaron la interpretación del sueño, partió cada uno de los gobernadores a su respectiva provincia, donde se esmeró cada cual con todo conato en la ejecución de los preparativos, procurando alcanzar los dones y premios propuestos.

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