CXXXIV

De este Mis se tiene por cosa sabida que, habiendo ido a Lebadia y sobornado a uno del país, logró bajar al oráculo de Trofonio, como también que llegó a Abas, santuario de los focenses, para hacer allí su consulta. El mismo, habiendo pasado a Tebas en su primera romería, practicó dos diligencias, pues por una parte había consultado a Apolo Ismenio, el cual por medio de las víctimas suele ser consultado del mismo modo que se usa en Olimpia, y por otra con sus dádivas había obtenido, no de algún tebano, pero sí de un extranjero, el que quisiera dormir en el templo de Anfiarao, pues sabido es que generalmente a ninguno de los tebanos le es lícito el pedir oráculo alguno en dicho templo. La causa procede de haberles hecho saber Anilarao por medio de sus oráculos, que daba opción a los tebanos para que escogieran, o valerse de él como de adivino, o de aliado y protector solamente: prefirieron ellos, pues, tenerle por aliado que por profeta, de donde está prohibido a todo tebano el irse a dormir en aquel santuario para recibir entre sueños algún oráculo de Anfiarao.

Share on Twitter Share on Facebook