«La hacienda hefestiadea, lindante por el aquilón con el camino que viene del templo de Cefisia, por el austro con el Heracleo de los hefestiades, por el oriente con tierras de Arquestrato Freario, y por el ocaso con las de Filipo Colideo. Y a nadie sea lícito venderla ni enajenarla, sino que será de Adimanto mi hijo en cuanto sea posible (212). Igualmente le dejo la heredad de los Eroiades, que compré de Calímaco, lindante por el aquilón con tierras de Eurimedón Mirrinusio, por el austro con las de Demostrato Xipeterón, por el oriente con las del mismo Eurimedón Mirrinusio, y por el ocaso con el Cefiso. Tres minas de plata. Una copa de plata que pesa 165 dracmas. Una taza que pesa 65. Un anillo de oro y una arracada también de oro, que ambos pesan cuatro dracmas y tres óbolos. El cantero Euclides me debe tres minas. Manumito a Diano; y quedan en servidumbre Ticón, Bicta, Apolionades y Dionisio. Déjole asimismo los muebles puestos en inventario, cuya copia tiene Demetrio. A nadie debo nada. Mis ejecutores testamentarios serán Sóstenes, Espeusipo, Demetrio, Egías, Eurimedón, Calímaco y Trasipo».
22. Pusiéronle en epitafio los siguientes epigramas:
PRIMERO
El divino Aristocles aquí yace,
que en prudencia y justicia
supo exceder a los mortales todos.
Si la sabiduría eleva a alguno
a loores excelsos, consiguiólo
éste, sin que la envidia lo siguiese.
OTRO
La tierra aquí en su seno
el cuerpo de Platón oculto guarda,
y el alma los alcázares celestes.
Aun desde las regiones más distantes
todo varón honesto
venera la memoria
del hijo de Aristón, deificado.
Y OTRO MÁS MODERNO
Águila que volaste
ligera por encima del sepulcro,
¿qué estrellada mansión estás mirando?
Soy de Platón el alma, que al Olimpo
hoy dirijo mi vuelo
y el térreo cuerpo en Ática se queda.
El mío es el siguiente:
Si no hubieras criado, oh padre Febo,
a Platón en la Grecia,
¿quién hubiera sanado con las letras
los males y dolencias de los hombres?
Pues como fue Esculapio
médico de los cuerpos,
curó Platón las almas inmortales.
Y otro sobre su muerte:
A Esculapio y Platón produjo Febo
para que de los hombres
aquél el cuerpo cure y éste el alma.
Queriendo celebrar nupcial convite,
a la ciudad partió que fundó él mismo
y que Júpiter puso en firme suelo.