¡Oh, hermanos míos! ¿Con quién está el mayor peligro para todo el futuro de la humanidad? ¿No es con los buenos y justos?
-Como aquellos que dicen y sienten en sus corazones: "Ya sabemos lo que es bueno y justo, también lo poseemos; ¡ay de los que aún buscan lo contrario!
Y sea cual sea el daño que hagan los malvados, el daño de los buenos es el más dañino.
Y sea cual sea el daño que puedan hacer los malignos del mundo, el daño del bien es el más dañino.
Oh hermanos míos, en los corazones de los buenos y justos miró alguna vez alguien que dijo: "Son los fariseos". Pero la gente no le entendió.
Los propios buenos y justos no eran libres para entenderlo; su espíritu estaba aprisionado en su buena conciencia. La estupidez de los buenos es insondablemente sabia.
Sin embargo, la verdad es que los buenos deben ser fariseos, ¡no tienen otra opción!
¡El bueno debe crucificar a quien crea su propia virtud! Esa es la verdad.
El segundo, sin embargo, que descubrió su país - el país, el corazón y el suelo de los buenos y justos, - fue el que preguntó: "¿A quién odian más?"
Al creador, lo odian más, al que rompe las tablas de la ley y los viejos valores, al quebrantador,- a él lo llaman el rompedor de la ley.
Para el bien- no pueden crear; siempre son el principio del fin:-
-Crucifican al que escribe nuevos valores en nuevas tablas de leyes, sacrifican para sí mismos el futuro -¡crucifican todo el futuro humano!
Los buenos... siempre han sido el principio del fin...