19.

¡Levantad vuestros corazones, hermanos míos, alto, más alto! Y no olvidéis vuestras piernas. Levantad también las piernas, buenos bailarines, y mejor aún si os levantáis sobre vuestras cabezas.

También hay animales pesados en un estado de felicidad, hay pies de palo desde el principio. Curiosamente se esfuerzan, como un elefante que se esfuerza por mantenerse de pie sobre su cabeza.

Sin embargo, más vale ser tonto con la felicidad que tonto con la desgracia, más vale bailar torpemente que caminar cojo. Así que aprended, os ruego, mi sabiduría, vosotros, hombres superiores: hasta lo peor tiene dos buenos reversos,-

-Hasta lo peor tiene buenas piernas para bailar: ¡así que aprended, os ruego, hombres superiores, a poneros en vuestras propias piernas!

Así que desaprended, os lo ruego, los suspiros de tristeza, y toda la tristeza de la chusma. ¡Oh, qué tristes me parecen hoy los tontos de la chusma! Este día, sin embargo, es el de la chusma.

 

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