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Los demás Megarenses, recibiendo y causando alternativamente muchos males con la continuación de la guerra, buscaron por mediadores y árbitros a los Lacedemonios, y son muchos los que dicen que Solón tuvo en su ayuda la fama y autoridad de Homero, y que intercalando un verso en el catálogo de las naves, leyó así en la misma contienda: De Salamina Áyax conducía galeras doce, y dio con ellas fondo donde estaban de Atenas las falanges Pero los mismos Atenienses tienen esto por simpleza, y dicen que Solón hizo ver a los árbitros que Fileo y Eurísaces, hijos de Áyax, por gozar del derecho de ciudadanos de Atenas, les habían cedido la isla, y se habían pasado a establecer el uno en Braurón y el otro en Mélita del Ática; y que ésta tenía una población denominada de Fileo, que era la de los Filedos, de la cual era Pisístrato: y aun para corroborar más su derecho contra los de Mégara se había valido del argumento de los cadáveres, que no estaban sepultados al uso de éstos, sino al de aquellos; porque los de Mégara vuelven los muertos hacia el levante, y los Atenienses hacia el poniente; lo que contradice Hereas Megarense, afirmando que en Mégara se ponen también hacia poniente los cuerpos de los muertos; y lo que es más, que los Atenienses no ponen más que uno en cada nicho, y de los Megarenses hay hasta tres y cuatro en uno mismo. En favor de Solón dicen que hubo también algunos oráculos de la Pitia, en los que llamó Jonia a Salamina. Decidieron este altercado estos cinco ciudadanos de Esparta: Critolaidas, Amonfareto, Hipsécidas, Anáxilas y Cleómenes.

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