Dióse esta batalla a la entrada del estío, en el plenilunio, en el mismo día en que antes había acontecido el lastimoso suceso de los Fabios; porque trescientos de esta familia fueron muertos por los Tirrenos. Después de esta segunda derrota, aquel día se ha quedado con el nombre de la Aliada, a causa del río. Acerca de los días aciagos, si se han de tener en algunos por tales o no, y si Heráclito reprende con razón a Hesíodo por haber llamado a unos buenos y a otros malos, no haciéndose cargo de que la naturaleza de todos los días es una misma, tratamos más oportunamente en otro lugar. Con todo, quizá no cuadrará mal con lo que dejamos escrito el que hagamos aquí mención de algunos ejemplos. Los Beocios, en primer lugar, en el mes Hipodromio, que los Atenienses llaman Hecatombeón, en el día 5, tuvieron la suerte de conseguir dos señaladas victorias, que dieron la libertad a los Griegos: una, la de Leuctras, y otra, la de Quereso, más de doscientos años antes, en que vencieron a Latamia y a los Tesalios. Los Persas, en el mes de Boedromión, el día 6, fueron vencidos por los Griegos en Maratón; el día 3, en Platea y en Mícale, a un mismo tiempo, y el día 26, en Arbelas. Los Atenienses ganaron la batalla naval de Naxo, en que estuvo de general Cabrias, en el plenilunio del mes Boedromión, y hacia el 20, la de Salamina, como lo hemos demostrado en el Tratado de los días. Puede también tenerse por conocidamente desgraciado para los bárbaros el mes Targelión; porque en Targelión venció Alejandro en el Gránico a los generales del rey; el 24 de Targelión fueron los Cartagineses derrotados por Timoleón, y hacia el mismo día parece que fue tomada Troya, según relación de Éforo, de Calístenes, de Damastes y de Filarco. A la inversa, el mes Metagitnión, que los Beocios llaman Panemo, no ha sido muy favorable a los Griegos, porque el 7 de este mes, vencidos en Cranón por Antípatro, fueron deshechos del todo, antes habían tenido también mala suerte peleando en Queronea con Filipo, y en el mismo día de Metagitnión, del propio año, el ejército de Arquídamo, habiendo pasado a Italia, fue allí desbaratado por los bárbaros. Los Cartagineses, el día 22 del mismo mes le miran siempre como el que les ha traído sus más frecuentes y mayores desgracias. No ignoro que en el día de los misterios fue Tebas asolada por Alejandro, y que los Atenienses recibieron guarnición de los Macedonios el día 20 de Boedromión, el mismo en que celebran la gran fiesta de Baco. Del mismo modo, los Romanos, en un mismo día, primero perdieron su campamento en la guerra con los Cimbros, bajo el mando de Cepión, y después, mandando Luculo, vencieron a los Armenios y a Tigranes. El rey Átalo y Pompeyo Magno murieron en su mismo día natal, y, en general, pueden darse pruebas de que unos mismos sujetos han experimentado de todo en los mismos períodos. Mas para los Romanos este sólo es día nefasto y aciago, y por él otros dos en cada mes, adelantando siempre con los sucesos el recelo y la superstición, como es costumbre; pero de estas cosas tratamos con más diligencia en nuestra Memoria sobre las causas de las cosas romanas.