Tentaba ya la Sicilia, aun en vida de Pericles, la codicia de los Atenienses, que después de su muerte habían dado algunos pasos hacia ella, y con enviar por todas partes lo que llamaban socorros y auxilios a los agraviados por los Siracusanos, iban poniendo escalones para una grande expedición. Mas el que inflamaba hasta el último punto este deseo y les persuadía a que no por partes y poco a poco, sino con poderosas fuerzas acometieran a la isla, era Alcibíades, dando al pueblo grandes esperanzas y formando él mismo mayores designios: pues veía en la Sicilia el principio y no el término, como los demás, de las operaciones militares que en su ánimo meditaba. Con todo, Nicias, reputando difícil empresa la de tomar a Siracusa, retraía con sus persuasiones al pueblo: pero Alcibíades, que lo entretenía con los sueños de Cartago y del África, y que en consecuencia de esto tenía ya como en la mano la Italia y el Peloponeso, faltaba poco para que viese en la Sicilia un viático para aquella guerra. Y lo que es los jóvenes espontáneamente se le unieron, acalorados con tan lisonjeras esperanzas; pues además oían a los ancianos deducir maravillosas consecuencias de aquella exposición; tanto, que muchos se ponían en las palestras y en los corrillos a dibujar la figura de la isla y la situación del África y de Cartago. Mas dícese del filósofo Sócrates y del astrólogo Metón que ni uno ni otro esperaron nunca nada provechoso a la ciudad de semejante proyecto: aquel, por aparecérsele, como es de creer, su genio familiar y predecírselo, y Metón, porque receló por su propio discurso lo que iba a suceder, o porque usó para ello de alguna adivinación: de forma que fingió haberse vuelto loco, y tomando un tizón encendido iba a pegar fuego a su propia casa; aunque algunos dicen que no hubo de parte de Metón tal ficción de locura, sino que dio efectivamente fuego a su casa por la noche, y a la mañana se presentó a pedir y suplicar que por aquella desgracia le dejaran al hijo libre por entonces de la milicia: y habiendo engañado así a los ciudadanos, consiguió lo que quería.