I

LA limosna es obra pia si se hace de dinero propio: mas si (lo que Dios no quiera) se hiciese de dinero ajeno, sería obra cruel. Yo, señora, con las palabras querría declarar mi voluntad, y no con la bolsa. El tiempo es santo, la demanda justa, yo pecador; mal nos podemos concertar. No hay que dar, Dios la provea, vaya con Dios, cierto que no tengo (que son todos los modos de despedir picaronas vergantas). Madrid, todos los meses, y cada dia, y cada hora que me hablare.

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