Hánme dicho, señora, que el otro dia hicieron vuesamerced y su tia burla de mi miseria, y ha sido tanta la que mi mezquindad ha hecho de vuesamerced, que estamos pagados. Cuéntanme que me hallaron mil faltas, y que todo se les fué en apodarme y reírse, y que decian que parecia esto y parecia estotro, y que parecia al otro. Yo confieso que lo parezco todo, como mi dinero no padezca. Hame caído en gracia lo que dijo con un diente y media muela la señora Encina: ¡Qué caraza de estudiantón! ¡Y qué labia! Hiede á perros, y no se le caerá un real si le queman. ¡Y esto llama heder la buena señora, lo que para mí es pebete y ámbar! Y si el no dar tiene por mal olor, procure estar acatarrada ó tápese las narices, porque la encalabriarán los malos humores. Señoras mias, lo que vuesas mercedes llaman amores, no son sino pendencias, dares y tomares; yo soy pacífico y no quiero tener dares y tomares con nadie. Dios guarde á vuesamerced, y yo lo que tengo.