Primero Sueño, que así intituló y compuso la Madre Juana Inés de la Cruz, imitando a Góngora.
El alma, pues, suspensa
del exterior gobierno - en que ocupada en material empleo,
o bien o mal da el día por gastado -, solamente dispensa
remota, si del todo separada no, a los de muerte temporal opresos lánguidos miembros, sosegados huesos, los gajes del calor vegetativo, el cuerpo siendo, en sosegada calma, un cadáver con alma,
muerto a la vida y a la muerte vivo, de lo segundo dando tardas señas el del reloj humano
vital volante que, si no con mano, con arterial concierto, unas pequeñas muestras, pulsando, manifiesta lento de su bien regulado movimiento.