[Sala que da a un parque, en casa de OTAVIO.]
DUARDO, LAURENCIO, FENISO.
FENISO En fin, ha pasado un mes
y no se casa Liseo.
DUARDO No siempre mueve el deseo
el codicioso interés.
LAURENCIO De Nise la enfermedad 5
ha sido causa bastante.
FENISO Ver a Finea ignorante
templará su voluntad.
LAURENCIO Menos lo está que solía.
Temo que amor ha de ser 10
artificioso a encender
piedra tan helada y fría.
DUARDO ¡Tales milagros ha hecho
en gente rústica amor!
FENISO No se tendrá por menor 15
dar alma a su rudo pecho.
LAURENCIO Amor, señores, ha sido
aquel ingenio profundo,
que llaman alma del mundo,
y es el dotor que ha tenido 20
la cátedra de las ciencias;
porque solo con amor
aprende el hombre mejor
sus divinas diferencias.
Así lo sintió Platón; 25
esto Aristóteles dijo;
que, como del cielo es hijo,
es todo contemplación.
De ella nació el admirarse,
y de admirarse nació 30
el filosofar, que dio
luz con que pudo fundarse
toda ciencia artificial.
Y a amor se ha de agradecer
que el deseo de saber 35
es al hombre natural.
Amor con fuerza süave
dio al hombre el saber sentir,
dio leyes para vivir
político, honesto y grave. 40
Amor repúblicas hizo;
que la concordia nació
de amor, con que a ser volvió
lo que la guerra deshizo.
Amor dio lengua a las aves, 45
vistió la tierra de frutos,
y, como prados enjutos,
rompió el mar con fuertes naves.
Amor enseñó a escribir
altos y dulces concetos, 50
como de su causa efetos.
Amor enseñó a vestir
al más rudo, al más grosero;
de la elegancia fue amor
el maestro; el inventor 55
fue de los versos primero;
la música se le debe
y la pintura. Pues, ¿quién
dejará de saber bien,
como sus efetos pruebe? 60
No dudo de que a Finea,
como ella comience a amar,
la deje amor de enseñar,
por imposible que sea.
FENISO Está bien pensado ansí, 65
y su padre lleva intento,
por dicha, en el casamiento,
que ame y sepa.
DUARDO Y yo de aquí,
infamando amores locos,
en limpio vengo a sacar 70
que pocos deben de amar
en lugar que saben pocos.
FENISO ¡Linda malicia!
LAURENCIO ¡Extremada!
FENISO ¡Difícil cosa es saber!
LAURENCIO Sí; pero fácil creer 75
que sabe, el que poco o nada.
FENISO ¡Qué divino entendimiento
tiene Nise!
DUARDO ¡Celestial!
FENISO ¿Cómo, siendo necio el mal,
ha tenido atrevimiento 80
para hacerle estos agravios,
de tal ingenio desprecios?
LAURENCIO Porque de sufrir a necios
suelen enfermar los sabios.
DUARDO Ella viene.
FENISO Y con razón 85
se alegra cuanto la mira.